Actualizado 05/07/2015 14:13

Isabel Martínez, de Fundación ONCE: "Es poco presentable la tasa de abandono de alumnos universitarios con discapacidad"

ISABEL MARTÍNEZ, DE FUNDACIÓN ONCE
FUNDACIÓN ONCE


La Comisionada para Universidad, Juventud y Planes Especiales de la Fundación ONCE, Isabel Martínez Lozano, valora la tercera edición de los 'Campus Inclusivos. Campus sin Límites 2014', que cuentan con el apoyo de Fundación Repsol y el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y finalizan este septiembre, tras cumplir un año más con el objetivo de hacer de la universidad un espacio atractivo y, sobre todo, accesible para estudiantes con discapacidad.

.- ¿Cuál es el origen de los 'Campus Inclusivos. Campus sin Límites'?

El programa se gestó con la idea de contribuir y echar una mano en el objetivo de reducir la tasa de abandono escolar temprano entre jóvenes con discapacidad. Mientras que la tasa de abandono escolar temprano entre la población general se sitúa en un 23 por ciento, la tasa de abandono entre las personas con discapacidad alcanza el 53,8 por ciento. Esto es, más de la mitad de estudiantes que llegan a secundaria no pasan de ahí, no acceden a una carrera universitaria, y eso es un déficit importante para un colectivo que necesita estar más sobrecualificado que el resto para tener las mismas oportunidades en el mercado laboral.

Teniendo en cuenta que ese problema y para incentivar la educación superior entre estudiantes con discapacidad, desde la Fundación se busca promover la inclusión, con el apoyo de las universidades, para que elevar el número de jóvenes que acceden a la educación superior y reducir la " poco presentable" tasa de abandono.

.- ¿Qué proporcionan los 'Campus Inclusivos. Campus sin Límites' a los jóvenes que participan en ellos?

Los Campus Inclusivos son para muchos la primera oportunidad de salir de casa y vivir una experiencia de ocio y educativa fuera de su entorno. En este sentido, es impresionante ver cómo para algunos de los jóvenes esta primera experiencia les cambia la perspectiva y la manera de afrontar sus oportunidades, posibilidades y capacidades. Fundamentalmente lo que queremos desde la Fundación es eso, y se está consiguiendo ampliamente.

Los campus para ellos es una oportunidad de ver la universidad, salir de su casa, tener experiencias de convivencia con otros jóvenes que están en su misma situación y que tiene los mismos problemas, miedos, ambiciones e ilusiones. Y esta experiencia de socialización es muy positiva.

Sin embargo, el problema fundamental que tienen los jóvenes con discapacidad es el miedo a ir a la universidad porque piensan que no va a estar adecuada a ellos y va a ser algo que no van a poder superar. Por ello, la finalidad de este programa es romper esos miedos, que visiten y conozcan la universidad, y tengan una primera experiencia que les ayude a dejar de lado esos miedos y conocer las oportunidades que tienen de formación y aprendizaje. El fin último es hacer atractivo el proyecto universitario a jóvenes que, en la mayoría de casos, se van a quedar por el camino.

.- ¿Qué cambios presentan los jóvenes con discapacidad una vez que terminan los campus y vuelven a su día a día?

Tras pasar por el programa, prácticamente todos los que han participado en esta experiencia han ido a la universidad. Esto es lo más importante, porque es objetivo que buscamos es que sigan adelante con sus estudios. Han pasado casi 200 alumnos desde que empezamos hace tres años, y todos los que han estado en los campus han continuado los estudios, no tenemos constancia de que ninguno haya abandonado.

Además, cuando entran en los campus se les nota un cambio de actitud estupendo, que queda plasmado en que no quieren abandonarlos, por ello a medida que ha ido evolucionando el programa hemos tenido que ampliar los días porque no querían irse a casa.

A partir de este año, desde la Fundación ONCE queremos poner en marcha una red de antiguos alumnos de los Campus Inclusivos para que los jóvenes que han pasado por el programa intercambien, a través de Internet, sus experiencias con otros participantes o con futuros integrantes, y sigan en contacto también con la organización, planteando sus dudas y problemas.

.- ¿Qué actividades componen el día a día en los Campus Inclusivos?

El programa combina actividades académicas con actividades de ocio, pues queremos que descubran la universidad, que no crean que es solo encerrarse a estudiar, sino que vean que hay posibilidades culturales, así como de formación personal, que son importantes también para su trayectoria vital.

Así, participan en actividades académicas en las que responsables de diferentes departamentos de las universidades les explican qué se puede estudiar y les orientan sobre los contenidos de manera atractiva. Por otro lado, les introducen casos prácticos, conocen las diferentes funciones de cada carrera (en derecho escenifican un juicio, en medicina ven disecciones...) y practican, durante los días de campamento, actividades deportivas.

Además, en esta edición, los campus han contado con la participación de chicos sin discapacidad para que sea un programa realmente inclusivo. La experiencia de unir chavales con y sin discapacidad ha sido muy interesante en el desarrollo de este proyecto.

.- ¿Qué papel juegan las universidades dentro de 'Campus Inclusivos. Campus Sin Límites'?

Las universidades son las encargadas de diseñar el programa y ejecutarlo, son quienes desarrollan el programa que van a presentar a los chicos. Las universidades quedan entusiasmadas al finalizar los campus y además hay una implicación más proactiva, desde vicerrectores a rectores y los responsables de las unidades de atención a la discapacidad, se muestran más interesados por todo lo que tiene que ver con la inclusión y adaptación para estudiantes con discapacidad en sus centros. A todas las facultades les gusta demostrar que son universidades abiertas y capaces de integrar a personas con discapacidad.

.- ¿De qué forma se comprometen las universidades con el programa y con los jóvenes?

En este sentido, a raíz de estos encuentros hay universidades que han ejecutado adaptaciones. Todas refuerzan el compromiso y los recursos. La universidad de Salamanca, por ejemplo, a raíz de los campus, han reconocido que sus espacios pueden ser más accesibles y que tienen que hacer más adaptaciones. En este momento dotar recursos adicionales en la universidad es difícil y por ello es también de agradecer. Es un programa que involucra a las universidades en el objetivo de la impulsión y la adaptación de sus centros, consigue que se vean en su propio espejo y valoren en qué medida están adaptadas y qué les falta.

También es importante la participación en este programa de los rectores de universidades, pues ante la difícil situación que pasan las universidades, es importante que valoren de donde pueden recortar y ofrezcan los recursos necesarios.

.- ¿Cómo se involucra la Fundación ONCE?

La Fundación piensa, diseña el programa y lo ejecuta en colaboración con universidades a lo largo de todo el proceso y revisamos las actividades con ellos para garantizar que son accesibles, adecuadas y cumplen el objetivo del programa. Además, también estamos en constante contacto con los alumnos, incluso una vez finalizados los campus.

Somos unos agitadores y colaboradores y nuestra actitud y manera de cooperar es mostrándonos abiertos a ayudar. Para la Fundación ONCE las universidades son un actor clave y un aliado para promover programas que contribuyan a impulsar la educación superior y la inclusión.

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