Publicado 21/10/2024 08:31

"Logros alcanzados y desafíos por abordar tras nueve años de Agenda 2030". Por Càtia Alves, de UCI

Càtia Alves, directora de Sostenibilidad de UCI.
Càtia Alves, directora de Sostenibilidad de UCI. - UCI

   El 25 de septiembre se cumplen nueve años desde la aprobación de la Agenda 2030 y sus 17 ODS, que se han convertido en un llamamiento universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que para el 2030 todas las personas disfruten de paz y prosperidad.

   Para lograr esos tres hitos es preciso abordar el gran reto que supone descarbonizar la economía de manera justa y sin dejar a nadie atrás. En esta línea, disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero es esencial, particularmente en el parque edificado. Y es que se estima que las viviendas son responsables del 30% de las emisiones de CO2 y, conjuntamente, los edificios consumen el 40% de la energía en la Unión Europea. Estos datos son contundentes: si queremos disminuir las emisiones, como lo establecen los ODS 11 (Ciudades y Comunidades Sostenibles) y 13 (Acción por el Clima), debemos enfocarnos en mejorar energéticamente los edificios existentes.

   Un paso importante para ello ha sido la aprobación a principios de año de la Directiva de Eficiencia Energética en Edificios (EPBD) por la Unión Europea. Esta normativa establece metas ambiciosas: para 2027, todos los edificios públicos deberán tener una calificación energética E, y para 2030, se espera que todas las viviendas también la cumplan, mejorando a D para 2033. Además, en 2025 se dejarán de subvencionar calderas de combustibles fósiles, apostando por sistemas más limpios y eficientes. Todo esto es parte de un plan más amplio para que nuestros sistemas de calefacción y refrigeración sean completamente sostenibles en 2040.

   En ocasiones pensamos que la rehabilitación energética solo tiene impacto positivo en su vertiente ambiental, pero la realidad es que tiene un impacto directo en la calidad de vida de las personas. Al hacer los hogares más eficientes, reducimos la pobreza energética, lo que significa que más personas podrán tener acceso a energía asequible y limpia, alineándose con los ODS 1 (Fin de la Pobreza) y 7 (Energía Asequible y No Contaminante).

   Pero, a pesar de los avances, todavía tenemos grandes desafíos por delante. Es fundamental concienciar más a la gente y crear redes de apoyo con la ayuda de financiación pública y privada. La Taxonomía Verde Europea, por ejemplo, ayuda a identificar qué actividades económicas son sostenibles, facilitando la inversión en proyectos que respetan el medio ambiente. En este sentido, es vital que los modelos financieros actuales se adapten para fomentar la eficiencia energética en los edificios. No se trata solo de beneficiar a los propietarios, sino de generar empleo y estimular la economía local, contribuyendo también al ODS 8 (Trabajo Decente y Crecimiento Económico).

   Para lograrlo, necesitamos un esfuerzo conjunto entre instituciones, empresas y ciudadanos, como destaca el ODS 17 (Alianzas para Lograr los Objetivos). La clave está en promover la innovación y la inversión en sostenibilidad, además de colaborar para hacer nuestras ciudades más eficientes y respetuosas con el medio ambiente.

   A medida que se acerca 2030, debemos ser aún más ambiciosos en nuestros esfuerzos. Esta es una máxima que tenemos integrada en UCI y por ello hemos asumido un rol clave en la promoción de la eficiencia energética y la sostenibilidad, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático y la descarbonización del sector inmobiliario español. Así impulsamos prácticas sostenibles a través de soluciones de financiación innovadoras parta fomentar la rehabilitación energética de los edificios y la compra de viviendas energéticamente eficientes.

   El futuro será sostenible o no será y por ello, debemos trabajar en conjunto para hacer de la Agenda 2030 una realidad.

   Por Càtia Alves, directora de Sostenibilidad de UCI.

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