"¿Es culpa mía ser una niña? El odio y la tristeza me invaden... Para mi corazón no hay protección y mi alma está sumida en un inmenso terror. Soy una víctima de violación en mi entorno existencial, una víctima de acoso y explotación sexual".
Este es uno de los primeros versos que Triciana escribió en su adolescencia sin saber que, algún día, se convertiría en la campeona nacional chadiana de slam poetry 2023. Versos que marcarían el inicio de su viaje hacia la sanación a través del slam, un arte de improvisación y expresión oral que ha ganado terreno en los últimos años en África occidental y que este Día de África es necesario visibilizar como una poderosa herramienta de denuncia social de la realidad del continente.
Para Triciana, el slam no solo se convirtió en su profesión, sino en su salvación. Ahora, ella desea ofrecer esa misma oportunidad a otras niñas en Chad. A través de la campaña 'La Luz de las Niñas' de la ONG Entreculturas, Triciana ha liderado talleres dirigidos a niñas refugiadas del Lago Chad, brindándoles un espacio seguro para expresar sus experiencias traumáticas y emociones a través de la poesía.
"El slam me ha curado", dice Triciana con convicción. "Yo he sido una niña que ha sufrido tantas cosas que nunca pensé que iba a contar mi historia, que me iba a abrir al mundo. Pero ahora, gracias al slam, soy una mujer que habla de su historia de violencia y que quiere ayudar a otras a que expresen tantas de las historias que llevan en silencio".
Chad figura entre los primeros países a nivel mundial en cuanto a matrimonios infantiles se refiere. Un 68% de las niñas son obligadas a casarse antes de los 18 años y un 25% antes de los 15. "La situación de las niñas en Chad es deplorable", expresa Triciana con pesar. "Es increíble lo que viven las niñas y cuánto necesitan expresarse. Parecía que estuvieran esperando este taller para desahogarse, para hablar del matrimonio infantil, de las violaciones que sufren yendo a recoger leña o agua".
En este contexto, marcado por el conflicto y la opresión, las mujeres y niñas enfrentan una lucha diaria contra la violencia. En un país donde la democracia es aún una quimera y la censura una realidad cotidiana, el slam ha emergido como una poderosa herramienta de disidencia y protesta entre la juventud. Desde la histórica Primera Copa Panafricana de Slam Poetry en Chad en 2018 hasta la actualidad, las mujeres han desempeñado un papel clave en este género, utilizando el slam como plataforma para la voz de una generación de jóvenes africanas que exigen igualdad.
En un mundo donde todavía hay niñas que se preguntan "¿Es culpa mía ser una niña?", el slam les ofrece una respuesta: no están solas, su voz importa y su historia merece ser contada. "No necesitamos demostrarle nada al mundo, pero necesitamos unirnos, permanecer unidas, amarnos. Digamos que somos la luz que otras chicas necesitan para saber que las apoyan, que nuestras hermanas están aquí".
Por Laura Lora Ballesta, responsable de la campaña 'La Luz de las Niñas' de Entreculturas.