Entre el 26 y el 28 de septiembre se celebró el Foro Centroamericano de Donantes (CADF), un espacio crucial para promover el diálogo y la cooperación filantrópica. Esta edición se desarrolló bajo el lema 'Una visión de esperanza renovada', esperanza que compartimos todas las personas que trabajamos en desarrollo en la región y que luchamos por una sociedad más justa y equitativa.
Se desarrollaron 42 foros en tres días, en los que se analizaron líneas de acción conjunta para responder a los desafíos en Centroamérica. Principalmente: cómo lograr una agenda climática que se adapte y acompañe al desarrollo de la población, la construcción de una sociedad más justa y equitativa, cómo conseguir la inclusión de las personas más desfavorecidas, y sobre todo de la población migrante, alcance mejor prosperidad.
Estos desafíos representan gran parte del trabajo que hacemos en Ayuda en Acción, pero, además, son un llamado para toda la cooperación al desarrollo e instituciones internacionales que trabajan en la región.
Adaptación al cambio climático
Centroamérica enfrenta desafíos críticos con relación a la adaptación al cambio climático, con tendencias crecientes de variabilidad e impactos negativos materializados a través de eventos extremos. Esto afecta de manera diferenciada a las poblaciones más vulnerables, exacerbando las causas de la extrema pobreza, del aumento del hambre, problemas de salud y aumento de las migraciones forzadas.
En este contexto, las medidas de adaptación son urgentes, buscando reducir la vulnerabilidad de las personas que menos tienen y de las comunidades más expuestas. Los países de la región están desarrollando esfuerzos para hacer realidad el desarrollo inteligente frente al clima, creando sistemas de prevención y adaptación con el uso de energías y transportes más sostenibles.
Estos esfuerzos buscan fortalecer la resiliencia de sus ciudades; para mejorar las soluciones basadas en la naturaleza y gestionar la mitigación y adaptación desde los bosques, océanos y agricultura; preparando a las personas, los servicios públicos y la infraestructura ante futuros impactos climáticos.
Desigualdad social y equidad
La justicia social se basa en los pilares de los derechos humanos, la equidad, la participación y el acceso. Cuando una sociedad es justa, todas las personas somos respetadas y, en cierta manera, protegidas por un sistema que, al menos, garantiza servicios básicos y esenciales para la vida.
Pero la realidad es que la desigualdad social es una de las mayores del mundo, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). A pesar de que hubo grandes avances en las últimas décadas, los países de la región son más desiguales que los de otras regiones con niveles similares de desarrollo. La concentración del poder, la violencia y las políticas de protección social que no acaban de funcionar bien generan estos grandes problemas de desigualdad.
Inclusión y migración
En este contexto, la migración es una dinámica clave. Las historias de los migrantes son desgarradoras, con muchas personas enfrentando heridas, robos, violencia y abusos sexuales en su camino hacia el norte.
La región de Centroamérica y México enfrenta una oleada migratoria sin precedentes. Esta migración, en gran parte motivada por tensiones y desafíos internos, ha resultado en un aumento significativo de los movimientos hacia los Estados Unidos. La situación es crítica, y es imperativo que se aborden las necesidades humanitarias inmediatas de los migrantes.
La Organización Internacional para las Migraciones realizó esta semana este mismo llamamiento a los gobiernos para que colaboren a fin de atender las necesidades inmediatas de las personas migrantes, ya que un número sin precedentes de personas transitan por la región. Por ejemplo, se ha registrado un número récord de migrantes que cruzan la selva del Darién desde Colombia: hasta el 23 de septiembre, más de 390.000 personas completaron esta ruta. Solo en agosto, 82.000 personas, la cifra mensual más alta registrada jamás, según los propios datos del Servicio Nacional de Migración de Panamá.
El futuro en nuestras manos
Pero estas son solo algunas de las piezas de este complejo rompecabezas. Los actores involucrados, desde gobiernos hasta organizaciones internacionales y la sociedad civil, deben unirse para abordar estos retos de manera integral y sostenible. Hay que abordar las causas de la pobreza y de las migraciones de manera común.
La colaboración y la inversión en soluciones efectivas son esenciales para garantizar el bienestar de las personas en Centroamérica y construir un futuro más justo y próspero para la región.
Roberto Bussi es director de Ayuda en Acción en Honduras