Si no se actúa para revertir esta situación se producirán movilizaciones sociales "más radicales"
BARCELONA, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
El índice de confianza de los españoles en la política se encuentra en el nivel "más bajo" de los últimos diez años y está a la cola de Europa, teniendo en cuenta que los ciudadanos otorgan un 1,91 sobre 10 a los dirigentes políticos y un 1,88 a los partidos que representan.
Lo ha explicado este martes en rueda de prensa el catedrático de Ciencia Política y de la Administración Mariano Torcal, a la luz de la sexta edición de la Encuesta Social Europea (ESE), realizada de forma simultánea en 29 países europeos con muestras aleatorias de entre 1.500 y 2.500 individuos, y que en España ha sido desarrollada entre finales de 2012 y principios de 2013 por la Universitat Pompeu Fabra (UPF), en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la Obra Social La Caixa y el Ministerio de Economía y Competitividad.
Los datos recopilados constatan un enorme deterioro de la percepción que tienen los ciudadanos de las instituciones españolas, si bien ha aumentado por primera vez el interés por la política: "Esto se traduce en que la gente cada vez está más atenta, es más crítica y usa mecanismos de movilización no convencionales como alternativa".
Al puntuar a las distintas cámaras representativas, los ciudadanos suspenden al Congreso de los Diputados, al Parlamento europeo y a las Naciones Unidas: "Aunque no es algo nuevo porque en España siempre ha habido índices de confianza muy bajos, el deterioro es espectacular y debería preocupar a nuestros dirigentes".
Los españoles consideran que las alternativas que proponen los partidos no se distinguen claramente entre sí, que el Gobierno no protege a todos los ciudadanos de la pobreza y que el Ejecutivo no toma las medidas necesarias para evitar la brecha social y la exclusión de las personas más vulnerables.
Al margen de partidos y políticos, los ciudadanos también suspenden a la mayoría de instituciones españolas, como el sistema educativo, económico y judicial, mientras que el sistema sanitario y la policía "aprueban por los pelos".
"Parece claro que nuestro sistema político tiene que reaccionar. Si no, puede haber un efecto contaminador que desencadene en movilizaciones más radicales", ha alertado Torcal, que ha urgido a las instituciones a regenerar los actuales mecanismos de participación y trabajar para generar confianza en los ciudadanos.
Torcal ha manifestado que pese a estos datos tan negativos, los ciudadanos no valoran negativamente la inmigración pese a la crisis: "Hemos dejado de ser un país de acogida masiva para pasar a emigrar. Esto puede afectar al hecho de que los inmigrantes no se vean como algo negativo".
PARTICIPACIÓN NO CONVENCIONAL
Los datos ponen de relieve que la movilización no convencional en España está "muy por encima de la media" europea, como la participación en manifestaciones --el 25,8% lo ha hecho--, en recogidas de firmas (33,2%) y en plataformas de movilización ciudadana (7,7%).
Por primera vez desde que se empezó a realizar la encuesta en 2002, en España ha aumentado el interés por la política --aunque su nivel sigue siendo bajo, de entorno al 34%--, pero "los ciudadanos sienten que los políticos no responden a los intereses sociales", por lo que optan por sistemas alternativos de participación.
En relación a los índices de felicidad, la encuesta revela que en España están por encima de la media europea, teniendo en cuenta que los ciudadanos puntúan con un 7,6 sobre 10 su bienestar --en Europa, la nota es de 7,2--: "En esta cuestión se tienen en consideración cosas al margen de la política, y la percepción que tienen los ciudadanos de su situación personal es positiva".
El director del Área de Ciencia y Medio Ambiente de la Obra Social La Caixa, Enric Banda, ha ensalzado la "excelencia" de la encuesta, así como su rigor metodológico, que la ha convertido en un referente para conocer las actitudes y valores en Europa.