MADRID, 28 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Fundación MAPFRE ha enviado este martes a Ecuador los primeros respiradores creados en España por un grupo de jóvenes ingenieros y ampliará el acceso a estos equipos a otros cuatro países más, entre ellos Guatemala, gracias al "gran avance" en las conversaciones que se están produciendo estos días con las autoridades competentes.
El objetivo es permitir que estos dispositivos, con capacidad para producirse a escala, lleguen cuanto antes donde más falta hacen y ayuden al personal sanitario a salvar vidas a las personas infectadas por el nuevo coronavirus, cuya enfermedad se conoce como Covid-19.
Los equipos, que utilizan piezas certificadas y probadas, y que tienen características similares a los actuales dispositivos comerciales, se podrán producir industrialmente tras completar con éxito los ensayos clínicos y disponer de la verificación correspondiente por parte de los países a los que lleguen.
La entidad tiene previsto invertir en este proyecto algo más de un millón de euros y donar, a los países que lo validen, alrededor de 500 respiradores, que han empezado a fabricarse en la empresa FABREZ Group, situada en Madrid. "Estamos muy satisfechos de haber participado en este gran proyecto, que sin duda pone en valor la importancia de la innovación social, con la que estamos totalmente comprometidos, y el enorme talento de un equipo de jóvenes investigadores españoles, que con su esfuerzo van a contribuir a salvar muchas vidas en todo el mundo", ha destacado el director general de Fundación Mapfre, Julio Domingo.
La principal diferencia respecto a otros respiradores validados por el Laboratorio Central Oficial de Electrotecnia (LCOE) es su "facilidad" de montaje y la utilización de piezas ya verificadas, lo que convierte en un dispositivo "sólido y a un coste muy competitivo", entre cuatro y cinco veces más barato que uno comercial.
También cuentan con las especificaciones sanitarias correspondientes para garantizar así la seguridad de intubación y son capaces de regular todo tipo de parámetros y necesidades del paciente, como la frecuencia respiratoria, la presión y volumen y humedad del aire. Los equipos cumplen con los requisitos solicitados por la Agencia Española del Medicamento para poder ser usados en personas dentro de una investigación clínica y mientras dure la pandemia.
Los respiradores han sido ideados y creados por el ingeniero de Materiales por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Javier González, y el médico del hospital madrileño 12 de Octubre, Javier Asensio, quienes, junto a un grupo de ingenieros, médicos, informáticos y científicos, se unieron el pasado mes de marzo para poner en marcha la asociación española sin ánimo de lucro 'The Open Ventilator' y desarrollaron en tiempo récord un prototipo de ventilador completamente funcional.
"El desarrollo de este respirador, que ha sido posible en menos de tres semanas, ha requerido un ingente esfuerzo de I+D del que todo el equipo de 'The Open Ventilator' nos sentimos muy orgullosos. No se trata de un ventilador portátil de ambulancia o de campaña para hacer frente a las urgencias provocadas por la Covid-19, sino de un respirador funcional, robusto y fiable, con todos los parámetros médicos necesarios para dar tranquilidad en su uso a los especialistas médicos y salvar vidas", ha subrayado González.
LISTO PARA FUNCIONAR
De los prototipos presentados a la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, 'The Open Ventilator' es uno de los primeros proyectos españoles que durante esta situación de emergencia ha recibido la conformidad por parte del Laboratorio Central Oficial de Electrotecnia (LCOE) y la autorización de la Agencia Española del Medicamento para su ensayo en pacientes en el Hospital Universitario de Alcorcón (Madrid).
El equipo, que intentará obtener el marcado CE una vez se supere la pandemia, ha contado con el apoyo y la colaboración de la red de talento joven Celera, la Universidad Rey Juan Carlos, la Comunidad de Madrid, y un amplio grupo de empresas, entre las que se encuentran Airbus, RENFE y la multinacional japonesa OMRON.
Fundación MAPFRE ha destinado 35 millones de euros a distintos proyectos de ámbito internacional que tienen como objetivo proteger mejor a la población frente al virus, ayudar a los colectivos más desfavorecidos y contribuir a la salida de esta crisis con el menor impacto posible.