Las investigadoras Laura Núñez, Ana Cristina Silva y Patricia Sánchez. - BBVA
Afirman que una educación financiera básica ayuda a las personas a tomar mejores decisiones económicas y a empoderarse
MADRID, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -
La educación financiera de niños y adolescentes no se debe limitar a enseñar una serie de conceptos cada año, sino que debería aplicarse un modelo de aprendizaje "con mayor continuidad y más experimental que didáctico", para concienciarles sobre "el enorme papel que la economía va a jugar en sus vidas".
Así lo han indicado las responsables de un estudio --financiado con una ayuda del programa EduFin Research Grants de BBVA-- en el que se evalúan los conocimientos financieros de los españoles y su incidencia en el bienestar y la salud financiera de los hogares.
Está previsto que el estudio finalice en diciembre de 2022, pero las investigadoras Laura Núñez, Ana Cristina Silva y Patricia Sánchez han llegado ya a una serie de conclusiones provisionales. La primera, que la educación financiera en los ciclos formativos de niños y adolescentes tal vez no se esté impartiendo de manera óptima.
En el sistema vigente en España, "un profesor llega un día y explica a los niños una serie de conceptos básicos, pero que poco o nada tienen que ver con sus vidas", y "al año siguiente, viene otro e intenta explicarles otro par de conceptos, más elaborados, cuando lo más probable es que ni siquiera recuerden los anteriores", según ha indicado Silva.
Un enfoque más experimental podría ayudar a que los alumnos comprendieran e interiorizaran mejor los distintos términos, según Nuñez, profesora e investigadora en la IE Business School de Madrid. Silva ha añadido que lo más adecuado sería "partir de conceptos muy sencillos de entender cuando los aplicas a casos prácticos y que ni siquiera exijan una base matemática sólida".
CARENCIAS EN LOS CONOCIMIENTOS DE LOS UNIVERSITARIOS
Pero también hay cosas que mejorar en la etapa universitaria, donde a veces los estudiantes tampoco tienen un grado adecuado de educación financiera, según las investigadoras.
"Con frecuencia pasan de los cuatro conceptos abstractos y superficiales que les enseñaron en la infancia a conocimientos técnicos muy específicos, pero la verdadera educación financiera básica, la que de verdad resulta útil para la vida, queda en un limbo intermedio", ha comentado Silva.
Esta investigadora, que da clases de finanzas en el Merrimack College de Massachusetts (Estados Unidos), ha apuntado que algunos de sus alumnos, pese a estar cursando estudios financieros superiores, cometen errores como "perder sus ahorros en inversiones tan especulativas y volátiles como las criptomonedas".
Silva ha advertido de que estos fracasos precoces "pueden generar en ellos un efecto de aversión excesiva al riesgo financiero" y, de esta manera, "desalentar la cultura del emprendimiento", en la que se asumen riesgos, pero "siempre calibrándolos con información y sensatez".
En opinión de las investigadoras, los programas educativos del futuro deberían elaborarse "partiendo de métricas que evalúen con la máxima precisión posible los resultados que obtienen en función a unos objetivos concretos predeterminados".
CONFIANZA EN LA PROPIA CAPACIDAD PARA HACER GESTIONES FINANCIERAS
Las autoras del estudio han subrayado la importancia que tiene adquirir una educación financiera básica, la cual "ayuda a tomar mejores decisiones económicas" y también "refuerza la confianza que las personas tienen en sí mismas como agentes económicos eficientes y válidos".
Núñez, Silva y Sánchez están analizando los conocimientos que tiene la población sobre conceptos financieros básicos como inflación, diversificación e interés simple y compuesto, y cruzan estos datos con variables como el nivel de ahorro y de deuda de las familias y también cómo se sienten, su grado de satisfacción subjetiva con el control que tienen sobre sus finanzas y el nivel de empoderamiento financiero.
Para hacer este trabajo académico, parten de la escala del bienestar de la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor de Estados Unidos, que mide el grado de vulnerabilidad y salud financiera de los ciudadanos, y la aplican a los resultados de una encuesta a 1.500 hogares españoles que el Observatorio del Ahorro Familiar realizó en marzo de 2021.
Núñez ha señalado que el conocimiento de una serie de conceptos financieros básicos "no garantiza por sí solo una toma de decisiones adecuadas", sino que es fundamental "la confianza de cada persona en su capacidad para llevar a cabo gestiones financieras".
DIFERENCIAS ENTRE HOMBRES Y MUJERES
Al examinar cómo han contestado hombres y mujeres, las investigadoras han observado que ellos entienden mejor la diferencia entre un interés simple y uno compuesto, mientras que ellas comprenden mejor el concepto de inflación, que es "el que tiene más impacto sobre las economías domésticas", según Núñez.
Esto podría hacer pensar que las mujeres siguen encargándose en mayor medida de la intendencia del hogar y, por tanto, dan prioridad al conocimiento basado en la experiencia.
Asimismo, del estudio de las respuestas erróneas se deduce que las mujeres "tienen mayor tendencia a contestar 'no lo sé' cuando tienen conocimientos parciales o no muy firmes de un asunto concreto", mientras que los hombres suelen mostrarse "algo más asertivos y menos prudentes y tienden a sobrevalorar más sus conocimientos".
Los objetivos de esta investigación son "ayudar a las familias a ser resilientes desde el punto de vista económico, a poder hacer frente a sus gastos ahora y en el futuro", y "empoderarlas y aumentar su grado de satisfacción subjetiva".