Actualizado 11/11/2011 12:43

Las gacelas y los ñus contagian la sarna a los leones y guepardos de la reserva natural de Masai Mara (Kenia)

Leones en Cabárceno.
EP/CANTUR

MADRID, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -

Las gacelas y los ñus contagian la sarna a los leones y guepardos, lo que propicia el contagio entre los depredadores, según una investigación internacional realizada en la reserva natural de Masai Mara, en Kenia, en la que han participado investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Así, el estudio explica que las presas enfermas de sarna son las más débiles y más fáciles de cazar y por eso contagian a estos depredadores la enfermedad que afecta a la piel de los animales y que, en casos crónicos, puede causarles la muerte.

El estudio, publicado en la revista 'Parasites and Vectors', explica que en los herbívoros la sarna se transmite entre individuos de la misma especie, es decir, las gacelas a otras gacelas y los ñus a otros ñus, "siempre" mediante contacto directo. Sin embargo, el investigador del CSIC en la estación Biológica de Doñana Samer Alasaad añade que en el caso de los grandes carnívoros, como los leones y los guepardos, el contagio se produce principalmente por el contacto con sus presas "más frecuentes, los ñus y las gacelas".

Por ello, esta vía de contagio supone una "amenaza" para ls supervivencia de guepardos y leones, porque los herbívoros afectados con sarna son más débiles y se convierten en presas fáciles, con la consiguiente infección del depredador.

En Kenia quedan menos de 1.000 guepardos, de los que 61 se encuentran en la reserva de Masai Mara, y unos 2.000 leones, 300 de ellos en esta reserva.

Además, Alasaad señala que el ácaro que produce la sarna viven en los túneles subcutáneos que causan un picor insistente al animal afectado y que pocas semanas después del contagio se produce una infestación masiva, en la que un centímetro cuadrado de piel llega a tener miles de ácaros, que provoca la caída del pelo, pruritos e inflamación de la piel, así como placas costrosas. "En los casos más graves los animales acaban muriendo", comenta Alasaad.

Para llegar a sus conclusiones, los investigadores tomaron muestras de los parásitos de las cuatro especies estudiadas, leones, guepardos, gacelas y ñus, para después realizar un análisis de genética poblacional de esos ácaros.

"El análisis genético se basó en zonas neutras, de ADN no codificante, del genoma del parásito y nos permitió conocer las diferencias o coincidencias entre los tipos de ácaros según su hospedador", concluye el investigador del CSIC.