MADRID, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
La ayuda humanitaria está en alto riesgo de verse implicada en la corrupción, según ha afirmado la organización Transparencia Internacional (TI), que ha publicado una guía sobre cómo las ONG pueden combatir este problema cuando se ven implicadas en la respuesta a un desastre humanitario.
La guía pone varios ejemplos sobre cómo la corrupción puede dañar a los afectados por un desastre, y estudia situaciones que incluyen la sucedida en 2002 y que afectó a más de 40 agencias en África Occidental, que se vieron implicadas en un caso en el que los trabajadores humanitarios pedían relaciones sexuales a cambio de dar la ayuda alimentaria u otro caso en el que se descrubrió que los jefes de varias aldeas indias privaron de la asistencia alimentaria a los más vulnerables.
La ayuda humanitaria es susceptible a la corrupción ya que los influjos repentinos de dinero y suministros tienden a inundar las zonas con muy escasos recursos, por lo que la ayuda debe ser suministrada con rapidez, y a lo que se une que muchos países proclives a los desastres tienen instituciones frágiles que se debilitan aún más cuando se ven golpeados por las crisis, señala Transparencia.
La corrupción ya es endémica en muchas zonas de desastre, afirmó una de las consejeras de esta organización, Rosslyn Hees, quien subrayó que hay una fuerte correlación entre los países destinatarios de los llamamientos de emergencia de la ONU y los países con bajos resultado en su índice anual de corrupción.
La guía también aconseja a los trabajadores humanitarios sobre cómo deben luchar contra la corrupción, incluida la forma de seguir el rastro de los recursos, detectar las desviaciones de las ayudas y enfrentarse a la extorsión. Entre las herramientas, las denuncias de las políticas y la evaluación y control de los programas.
La idea de escribir esta guía surgió después del tsunami de 2004, cuando Transparencia se dio cuenta de que las agencias humanitarias no tenían estrategias sobre la corrupción ni la investigaban, según declaró Hees a la agencia de noticias humanitarias de la ONU, IRIN. "No había una base y nadie hablaba sobre ello", afirmó.
Las agencias de ayuda humanitaria eran conscientes de que existía el problema de la corrupción "pero nadie lo reconocía", explicó esta consejera. Al menos siete ONG --ActionAid, CARE International, Catholic Relief Services, Islamic Relief Worldwide, Save the Children USA y World Vision-- colaboraron con la guía y ahora están intentando introducir las reformas para eliminar la corrupción.
Luchar contra la corrupción debería ser algo que ya estuviera hecho antes de que se produjera una emergencia, indicó Hees. "Muchos países experimentan desastres repetidos como huracanes e inundaciones o problemas crónicos como las sequías, así que a menudo sabemos dónde van a suceder los desastres y cuáles son las respuestas que están en riesgo de contaminarse con la corrupción", explicó. "Sólo tenemos que prepararnos", subrayó.