ALMERÍA 21 Feb. (EUROPA PRESS) -
La coordinadora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) en Almería, Francisca Serrano, ha señalado este martes que unos 41 menores fueron atendidos durante el pasado año por el servicio de atención psicológica de la Junta; un programa que desde sus inicios ha atendido a más de 3.000 menores, entre los que se encontraban niñas cuyas madres fueron asesinadas.
Así lo ha indicado la coordinadora durante la presentación del servicio de apoyo psicológico en crisis para hijas e hijos de mujeres víctimas mortales de violencia de género, una iniciativa pionera en España que tiene como fin ofrecer de manera gratuita e inmediata atención psicológica de urgencia a menores y familiares que se enfrentan a un hecho tan traumático como el asesinato de una madre a manos del padre agresor.
Serrano ha explicado en una nota que este servicio constituye "un paso más en la máxima protección que merecen las y los menores, que también son víctimas directas de sus padres agresores, tal y como señala la propuesta andaluza de Pacto de Estado contra la Violencia de Género".
El proyecto supone la ampliación de los recursos de la Junta para la protección de las personas menores de edad expuestas a la violencia de género en Andalucía. En este sentido, la coordinadora provincial del IAM ha indicado que "Andalucía fue la primera comunidad autónoma en considerar a los hijos e hijas de mujeres maltratadas como víctimas directas de la violencia machista, ofreciendo desde 2009 un servicio de atención psicológica para estos menores".
"Si la exposición del menor a la violencia de género produce traumas similares al maltrato infantil, los casos de madres asesinadas añaden graves secuelas en los niños y niñas, desde terrores nocturnos y regresiones hasta huidas del hogar o sintomatología ansiosa y depresiva", ha explicado Serrano, quien ha incidido en la necesidad de una atención inmediata que "minimice el shock psicológico" y "facilite un proceso de duelo normalizado" en el que se "favorezca la recuperación emocional a medio plazo".
El servicio, que se ofrecerá en la localidad donde sucedan los hechos, tendrá dos líneas de actuación: una directa con las y los menores, y otra indirecta con las familias y el entorno, que abarcará desde la comunidad educativa y los centros de salud hasta las fuerzas de seguridad, los medios de comunicación locales o el movimiento asociativo.
En la atención inmediata al menor y a la familia, se trabajará para disminuir el riesgo personal asociado al trauma; favorecer la contención emocional; activar los recursos personales de afrontamiento; recobrar el equilibrio emocional; prevenir el duelo patológico; potenciar la resiliencia familiar y asesorar en caso necesario.
Con la comunidad educativa se pondrá el acento en facilitar la recuperación de la normalidad cotidiana y en ofrecer pautas para realizar una acogida adecuada del menor. Asimismo, se ofrecerá formación a profesionales de otros ámbitos que puedan atenderles en un futuro para saber orientar cualquier tipo de intervención.
De forma paralela, el servicio contempla la realización de ocho cursos formativos provinciales dirigidos a las fuerzas y cuerpos de seguridad, "con el fin de capacitarles en la intervención y ofrecerles pautas para la comunicación de malas noticias". El programa estará activo las 24 horas, durante los 365 días del año.