Publicado 28/10/2024 16:44

La Junta licita las obras para sellar el vertedero de Líjar (Almería) por un importe de 700.000 euros

Vertedero de Líjar (Almería).
Vertedero de Líjar (Almería). - JUNTA DE ANDALUCÍA

ALMERÍA 28 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente, ha sacado a licitación las obras para proceder al sellado del vertedero de residuos inertes de Líjar (Almería) por un importe de 700.020,43 euros --IVA incluido-- con un periodo de 14 meses una vez se inicien las obras.

Esta actuación se une a la prevista para clausurar el vertedero de San Roque de Berja (Almería) licitada por más de dos millones de euros que, mediante financiación con Fondos Feder, forma parte del Plan Integral de Residuos de Andalucía 2030 para prevenir y erradicar la aparición de puntos de vertido incontrolados.

Las actuaciones, que también se desarrollarán en otros puntos como Albox, Cuevas del Almanzora y Castro de los Filabres, forman parte del "compromiso con la gestión eficiente y sostenible de los residuos en el territorio andaluz", según ha asegurado en una nota la Junta en relación a este plan global, que prevé una inversión total de 15 millones de euros en Almería durante los próximos años.

El vertido no supervisado de residuos en el vertedero de Líjar ha hecho que actualmente esté incluido en un procedimiento de infracción de la comisión Europea, según recoge la memoria del proyecto consultada por Europa Press, por lo que la consejería que dirige Catalina García ha decidido proceder a su sellado y clausura "con el fin de evitar daños medio ambientales y asegurar las exigencias de salubridad".

En este caso, se trata de un vertedero con vallado perimetral abierto ubicado al oeste del núcleo urbano de este municipio de apenas 400 habitantes situado al borde de la Sierra de los Filabres con el Valle del Almanzora. El proyecto prevé la actuación sobre unos 5.000 metros cuadrados.

En este sentido, afecta por completo a una parcela de titularidad municipal de 12.356 metros cuadrados y a otra, de manera parcial y titularidad privada, de 38.628 metros cuadrados, con una superficie conjunta de 5,1 hectáreas aproximadamente.

El vertedero se compone principalmente por residuos inertes de la construcción y de canteras de mármol de la zona, residuos vegetales y escombreras, dividido en dos taludes. Actualmente se encuentra en estado de inactividad total, aunque "se sospecha que se sigue produciendo vertidos ilegales" debido a su libre acceso.

En el caso del vertedero de Berja, la obra para el sellado salió a contratación pública por 2.204.744 euros y un plazo de 15 meses, una vez arranquen los trabajos. El vertedero en cuestión está compuesto principalmente por residuos inertes de la construcción, restos vegetales y escombros, con taludes de vertido superiores a los 20 metros de altura y que ocupan una superficie aproximada de 4.831 metros cuadrados.

El punto de inertes, actualmente "inactivo" y con un presellado de clausura realizado por el Ayuntamiento de Berja, está situado a unos tres kilómetros al oeste de la población de San Roque, y afecta a una superficie de 10.521 metros cuadrados de terreno de titularidad pública y privada.

Por su parte, el daño medioambiental y los posibles desprendimientos de los taludes del barranco son los principales riesgos que presenta este espacio que, además, carece de un sistema de drenaje, por lo que las escorrentías "discurren sin control desde los puntos altos a los más bajos del terreno". Asimismo, se aprecia un riesgo asociado a la contaminación de los suelos y de aguas superficiales o subterráneas "en el caso de que se produjera su infiltración".

El espacio se divide en dos partes diferenciadas: por un lado, una plataforma de coronación llana donde la acumulación de residuos "es menos evidente, a causa del sellado previo"; y por otro lado, un talud inclinado que limita a la plataforma y que desemboca al Barranco de Cintas donde "el afloramiento de inertes es más notorio".

Según un estudio histórico realizado a partir de fotografías aéreas, se concluye que hasta 1984 el emplazamiento se correspondía con una zona de matorral y es a partir de la fotografía de 1997 cuando "podemos notar el comienzo de las labores agrícolas de la zona".

La memoria del proyecto indica que "la necesidad de nivelación de las parcelas implicaron movimientos de tierra que posiblemente derivaron en aporte de material de relleno a la ladera, cegando un pequeño barranco dirección norte-sur de la misma y dando forma a la topografía actual de la zona". A partir de 2013 es cuando parece estabilizarse el vertido de residuos, de manera que no ha cambiado sustancialmente su aspecto desde entonces.

El objetivo de esta intervención es prevenir el colapso y los desplazamientos no deseados de los residuos, lo cual podría dañar la capa de cobertura. Esto evitaría que los residuos quedaran expuestos, que el agua de lluvia se filtre en la zona de vertido, y, en consecuencia, se reducirían tanto la erosión como la posible formación de lixiviados.

Entre las iniciativas más relevantes para poder sellar el vertedero están la limpieza y acondicionamiento de los vertidos de la parcela, la disposición de las capas de sellado, la regulación del drenaje de escorrentías superficiales, y la construcción de un muro de escollera y obras complementarias.

Asimismo, se procederá a la revegetación con especies autóctonas de la zona y se limitará el acceso a la zona del vertedero mediante un cerramiento perimetral.

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