Publicado 23/11/2022 18:13

La Comisión de Patrimonio da vía libre a la restauración de la talla de Jesús Atado a la Columna de Lucena (Córdoba)

Talla de Jesús Atado a la Columna, de Pedro Roldán, que se ubica en la Iglesia de Santiago de Lucena.
Talla de Jesús Atado a la Columna, de Pedro Roldán, que se ubica en la Iglesia de Santiago de Lucena. - JUNTA DE ANDALUCÍA

CÓRDOBA 23 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Comisión Provincial de Patrimonio de la Delegación de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía en Córdoba ha informado favorablemente sobre el proyecto de restauración de la talla de Jesús Atado a la Columna, de Pedro Roldán, que se ubica en la Iglesia de Santiago de Lucena (Córdoba), según ha informado el delegado territorial, Eduardo Lucena, quien ha presidido esta comisión.

Paralelamente, según ha informado la Junta en una nota, se ha propuesto iniciar el expediente para proteger como Bien de Interés Cultural (BIC) esta talla e incidir así en su protección individualizada, dado sus valores históricos, artísticos, etnológicos y antropológicos.

El pasado mes de junio, la escultura fue trasladada al Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), en Sevilla, para ser sometida a un estudio sobre su estado de conservación, de cara a una futura restauración, previo informe técnico.

El informe del IAPH permitió contar con un documento para poner en marcha un proceso de restauración, promovido por miembros de la cofradía y otros externos a la misma. Además, el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico realizó el pasado mes de enero una visita técnica a la parroquia de Santiago Apóstol para hacer una inspección in situ de la talla.

La imagen de Nuestro Padre Jesús de la Columna, realizada en madera de cedro, es una de las imágenes de mayor excelencia del patrimonio histórico de la provincia. Fue adquirida por la Cofradía de La Veracruz al taller sevillano de Pedro Roldán y Onieva, en el barrio de San Juan de la Palma.

El 11 de abril de 1675, Jueves Santo, parece ser que recorrió este Cristo, por primera vez, bajo palio negro y sobre andas de camilla del mismo color, las calles de Lucena, llevado a hombros por seis 'santeros' con almohadillas de lanilla negra y con horquillas preparadas por el cerrajero Diego Rodríguez.

En la procesión participaron hermanos disciplinantes con jubones y capirotes blancos, junto con otros hermanos de luz que portaban hachas con cera amarilla procedente de la Villa de Chillón, perteneciente también al marquesado de Comares, y con cera blanca, proveniente del Puerto de Santa María. También alumbraban clérigos con velas.

El Cristo Atado a la Columna lleva procesionando casi 350 años en Lucena y es una de las imágenes más veneradas y de mayor fervor popular de la localidad. Es además una de las pocas obras de las que se tiene constancia documental, ya que en la actualidad sabemos que nació de las manos del imaginero Pedro Roldán y que fue policromada por Bernabé Jiménez Illescas.

La escultura que representa al Santísimo Cristo de la Columna es una talla en madera, de bulto redondo, una de las formas de la escultura propia de la estatuaria o escultura exenta, donde se representa la tercera dimensión en verdadera proporción, a tamaño natural, policromado al óleo. La talla muestra a Cristo atado a una columna tras la flagelación, representando el segundo misterio doloroso de Cristo con mismo nombre.

El autor, Pedro Roldán (1624-1699), es la figura máxima de la escuela sevillana durante la segunda mitad del Seiscientos. Poseedor de un profundo conocimiento de la anatomía humana, en su producción escultórica se combinan de manera genial el realismo, la expresividad y el movimiento, sin perder el sentido clásico de las formas. En su obra, continuó la tradición de los artistas imagineros precedentes en cuanto al puntual conocimiento de los distintos tormentos padecidos por Jesús Nazareno que recogen las fuentes.

Como han puesto de manifiesto prestigiosos especialistas en imaginería andaluza, esta representación iconográfica del Señor Amarrado presenta la novedad histórica de situar la columna tras la propia efigie, lo que determina que Jesús aparezca con las manos atadas a la espalda. Esta fórmula que Roldán aplica a la escultura sigue el modelo que el flamenco afincado en Sevilla Cornelio Schut llevó a cabo en el grabado.

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