Publicado 03/12/2024 14:45

El Hospital de Motril (Granada) implanta el contacto piel con piel en los partos por cesárea

El Hospital de Motril implanta el contacto piel con piel en los partos por cesárea
El Hospital de Motril implanta el contacto piel con piel en los partos por cesárea - JUNTA DE ANDALUCÍA

MOTRIL (GRANADA), 3 (EUROPA PRESS)

El Hospital Santa Ana de Motril (Granada) ha elaborado un protocolo asistencial para favorecer el contacto piel con piel en los partos por cesárea con el objetivo de evitar la separación entre la madre y el recién nacido, potenciando el vínculo afectivo y favoreciendo el inicio de la lactancia materna, entre otros beneficios.

Su implantación cuenta con la implicación de los profesionales sanitarios de las unidades de Pediatría y Anestesiología y Reanimación. El protocolo asistencial, que ha sido presentado formalmente a los profesionales del hospital, establece el contacto piel con piel en cesáreas de forma regular, siempre que las condiciones sean óptimas para llevarlo a cabo.

El recién nacido permanece junto a su madre en quirófano, hasta completar la intervención, y también en la sala de reanimación gracias a la supervisión permanente de una matrona o enfermera. Un recurso afectivo que ayuda a reducir los niveles de estrés en la madre, mejora la adaptación del recién nacido a la vida extrauterina y sienta las bases de la lactancia materna para su mantenimiento en el tiempo.

El proyecto, integrado en el Plan de Humanización del Área de Gestión Sanitaria Sur de Granada, establece la normalización de las intervenciones necesarias por parte de los distintos profesionales que participan en el proceso, permitiendo que la recuperación quirúrgica de la madre y de su bebé se lleve a cabo en el mismo espacio. Además, garantiza los cuidados necesarios que precisan tanto la paciente como el recién nacido en el contexto postoperatorio.

'Contacto piel con piel tras la cesárea' es una práctica clínica que se desarrolla durante el periodo de tiempo inmediatamente posterior al parto. La madre y el recién nacido permanecen desnudos, en contacto permanente, gracias a la coordinación de los profesionales sanitarios que intervienen en el nacimiento.

Este protocolo de humanización está considerado un factor de excelencia asistencial y resulta especialmente decisivo en la promoción de la lactancia materna.

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