HUELVA 31 May. (EUROPA PRESS) -
La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía está presente en la romería del Rocío desde el inicio hasta el final de la misma y de guardia permanente con "el objetivo prioritario" de concienciar y velar por el bienestar animal.
La protección de los caballos y demás équidos, así como de los bueyes que se concentran estos días en la aldea almonteña, es la "principal preocupación y ocupación" del Servicio de Veterinaria adscrito a la Delegación Territorial de este departamento de la Junta de Andalucía en Huelva, ya instalado en el recinto para atender, durante 24 horas al día, cualquier aviso ciudadano sobre posibles incidencias o presuntos casos de maltrato, ha informado la Junta en una nota.
El equipo veterinario, en estrecho contacto con el resto de servicios operativos que componen el Plan Romero, en especial, con Emergencias 112 Andalucía, el Ayuntamiento de Almonte, la Policía Local de Almonte, la Unidad Adscrita de la Policía Autonómica, la Guardia Civil y el servicio de Comunicaciones, acude "con una celeridad máxima" a toda llamada relacionadas con situaciones relativas al bienestar animal.
Pero no sólo durante los cinco días de celebración de la romería en la aldea, sino también, y en horario de 24 horas, a lo largo de las jornadas de camino de las distintas hermandades. Son, en total, 12 días de intenso trabajo en los que, en los casos de fallecimiento, los primeros pasos son descartar la presencia de procesos de etiología infecciosa y la identificación del animal y el propietario.
El mensaje, en este sentido, es de concienciación, con el descanso y la alimentación como "factores ineludibles" para garantizar la salud de los caballos, mulos o bueyes durante toda la romería. Este cuidado, como recuerda el equipo veterinario, encargado de determinar en qué grado ha podido estar comprometido el bienestar animal en caso de denuncias y de levantar la correspondiente acta de inspección, así como de apoyar a la Oficina Comarcal Agraria (OCA) del Entorno de Doñana (Almonte) con la expedición y refrenda de guías de origen y sanidad pecuaria, debe abarcar el antes, el durante y el después de los largos días de camino.
NORMAS BÁSICAS DE CUIDADO
El Servicio de Veterinaria que la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural presta a través de la Oficina Comarcal Agraria (OCA) Entorno de Doñana ofrece, en esta línea, una guía de normas básicas para el manejo del caballo durante las tres fases de la Romería del Rocío.
Así, en primer lugar, aconseja introducir al animal de manera paulatina en el ejercicio durante los dos meses previos para evitar su sometimiento a un esfuerzo intenso, cuidar su dieta y estado corporal --eludir el exceso de peso con una ración de grano y heno del alfalfa en cantidad acorde al gasto energético-- y la comprobación de los cascos y sus herraduras para prevenir pérdidas o cojeras.
Tras la partida, no se debe obligar a esfuerzos bruscos ni a galopes innecesarios, en especial, en el inicio de la jornada o tras aportarle comida o agua, y resulta imprescindible vigilar la alimentación durante todo el camino, con grano y heno de calidad y sin cantidades excesivas, y procurar una correcta hidratación, dándole agua fresca con frecuencia.
Es vital, en este sentido, controlar el grado de fatiga del animal, sin dejar de prestar atención a la frecuencia respiratoria para reducir la marcha y ofrecerle descanso cuando sea elevada. En este punto, el equipo veterinario invita a aquellos con más experiencia a ayudar y aconsejar a otros jinetes, así como a denunciar posibles maltratos.
Una vez acabado el camino, toca, como expone la guía, duchar al caballo, cepillarlo y alojarlo en una cuadra tranquila, limpia y seca para favorecer la relajación de la musculatura. Si está fatigado, es recomendable dejarle descansar, al menos, una o dos horas antes de ofrecerle alimento.
El alimento debe consistir en grano de buena calidad con heno de alfalfa seca, sin aumentar de manera significativa su ración habitual. De igual forma, es importante vigilar la salud del caballo, sobre todo, durante los dos días posteriores, observando las heces y la frecuencia de la orina para llamar al veterinario con urgencia ante cualquier alteración. Los paseos en la aldea han de ser, asimismo, tranquilos y, si tiran de carros o charrets, sin sobrecarga de personas.