PEAL DE BECERRO (JAÉN), 25 May. (EUROPA PRESS) -
La Junta de Andalucía aborda el "problema estructural de humedades" en la Cámara Sepulcral de Toya, en Peal de Becerro (Jaén) con una intervención arqueológica necesaria previa a las excavaciones y un proyecto de conservación.
El delegado del Gobierno andaluz en funciones, Jesús Estrella, ha visitado este miércoles este panteón funerario de época íbera, junto a al alcalde de la localidad, David Rodríguez, y la directora del Instituto Universitario de Arqueología Ibérica de la UJA, Carmen Rísquez, ente otros.
El objetivo ha sido supervisar los trabajos que la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico ha adjudicado para mejorar el estado de este bien de interés cultural que "registra un problema estructural de humedades, según los registros históricos, que requería una actuación desde el año 2013".
Las actuaciones consisten, por un lado, en una intervención arqueológica necesaria para la excavación de toda la superficie movida con anterioridad en el entorno inmediato al hipogeo y la rampa de acceso, así como del canal de desagüe.
Por otro lado, se aborda un proyecto de conservación redactado por un equipo multidisciplinar para sentar las bases de las necesarias obras de conservación y restauración que solucionen la problemática.
Los trabajos abordan un problema de humedades que aparecen en el interior de la Cámara y ha sido objeto de estudio por parte del personal técnico de la Delegación Territorial de Cultura y Patrimonio Histórico. Según se desprende de la investigación, la causa es la acumulación de aguas de lluvia en un terreno que, por sus características, es incapaz de evacuarlas de forma natural y a la ausencia de soluciones, ya que las aplicadas históricamente (hace 50 años) han quedado obsoletas.
Para ello, es necesario realizar primero una intervención arqueológica para acceder al sistema de drenaje y ventilación, y después, para recabar datos con el fin de reconstruir el acceso y el túmulo original. Así, los técnicos señalaron la necesidad de redactar un proyecto con líneas de actuación arqueológica, de conservación y restauración.
La Cámara ha sido objeto de diferentes actuaciones de restauración e intervención desde 1927. Entre ellas, destaca la ejecutada por Luis Berges en 1971 para eliminar las humedades, con una estrategia que consistió en trazar una zanja perimetral y un canal de salida de las aguas.
Además, inventó un sistema de acceso, en rampa curva, sin apoyo en documentación arqueológica. Esto dio lugar al hallazgo fortuito de las ruedas de un carro, vinculado a un ritual principesco de enterramiento que fue publicado por Fernández Miranda y Olmos en 1986.
Tras sucesivas intervenciones por parte de diferentes administraciones públicas, en 2013 el Ayuntamiento de Peal de Becerro solicitó información a la Junta de Andalucía sobre las patologías en la Cámara.
A este oficio se contestó que era necesario realizar una actuación a ejecutar por la Administración General del Estado, como titular del BIC, "aunque en realidad las funciones de conservación del bien habían sido transferidas a la Administración autonómica en 1984, por lo que nunca llegó a realizarse, hasta hoy", según ha indicado la Junta.
LINAJE PRINCIPESCO
La cámara se construyó para servir de panteón funerario a un linaje principesco del oppidum íbero de Tugia a principios del siglo IV a.C. con piedra procedente de una cantera localizada detrás del cerro del Castillo de Toya.
En ella se enterraron varias generaciones, ya que las cerámicas se fechan en el siglo IV y III a.C. Se trata de una cámara sepulcral única en su género, tanto por su estado como por el resto de los caracteres que ofrece.
En el interior aparecen numerosos estantes de hornacinas sobre las que se situaban las urnas cinerarias y los ajuares, entre los que sobresale un amplio conjunto de cerámicas griegas y de bronces (restos de un carro).
La cámara tiene planta rectangular, con unas dimensiones de 4,5 por 4,6 metros y se divide en tres naves rectangulares, una central y dos laterales, que a su vez se distribuyen en dos estancias, con lo que la compartimentación total es de cinco espacios.
En la actualidad, el recinto, situado en el Cerro de la Horca, se encuentra delimitado por un vallado con zócalo de mampostería, coronado por malla metálica de simple torsión, en una morfología muy modificada artificialmente por las distintas actuaciones realizadas.