JAÉN 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Consejería de Cultura y Deporte ha destinado cerca de 190.000 euros a las obras de conservación del Hipogeo de Toya, en Peal de Becerro (Jaén), con el objetivo de mejorar el drenaje perimetral de la cámara sepulcral que la mantenía colapsada y con riesgos para su estabilidad.
Así lo ha indicado el delegado territorial del ramo, José Ayala, quien ha realizado una visita los trabajos en este enclave, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), que comenzaron el pasado septiembre y que se prolongarán hasta los primeros meses de 2025.
"Se trata de una intervención respetuosa con los valores del monumento, con la que mantendremos la composición y estructura original, cambiando los sistemas de drenaje y ventilación, que ya están obsoletos", ha afirmado en una nota.
Ayala, además, ha subrayado el compromiso de la Consejería con la conservación de los bienes patrimoniales, que "hablan de nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro".
Para la ejecución de las obras, los servicios técnicos de la Consejería de Cultura y Deporte han primado criterios de respeto a la autenticidad y de diferenciación entre lo existente y lo intervenido.
El objetivo de la intervención es evitar la presencia continuada de humedad en el interior de la cámara y la entrada puntual de agua torrencial al interior que, según los estudios realizados, están ocasionando distintas patologías en la piedra que podrían amenazar la estabilidad del monumento.
Para conocer el sistema de cimentación y el estado conservación de los paramentos exteriores de la cámara, se ha llevado a cabo la intervención arqueológica preceptiva, que consiste en el control arqueológico de los movimientos de tierra y el control arqueológico de la ejecución de las obras de conservación, que dará cobertura a todo el desarrollo de la obra.
De este modo, según ha valorado, la Consejería de Cultura y Deporte pone en valor el Hipogeo de Toya, localizado en el término municipal de Peal de Becerro y cuyo conjunto de las Tumbas Principescas de Toya y Hornos está considerado el mejor ejemplo de arquitectura funeraria ibérica.
Descubierta a principios del siglo XX, la Cámara Sepulcral tiene una planta cuadrangular y su interior se divide en tres naves longitudinales, estando las dos laterales divididas en dos espacios cada una.
El primero, a modo de antecámara, es el que comunica en ambos casos con la nave central. Los sillares de la construcción van montados en seco y la cubierta se caracteriza por una serie de grandes losas que se apoyan en los muros de las estancias longitudinales.
El ajuar de la cámara, que no se excavó con métodos sistemáticos, aunque fue recuperado en parte, es característico de un príncipe ibérico y su familia. En él destacan las ruedas de un carro guerrero y las vasijas cerámicas decoradas atribuidas al Pintor de Toya.