MÁLAGA 2 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Delegación Territorial de Salud y Familias ha acondicionado un centro para trasladar a aquellos mayores que se encuentran ingresados en residencias situadas en el área del distrito Málaga-Guadalhorce y han dado positivo en COVID-19 con el fin de evitar que se extiendan los contagios a los demás residentes.
En concreto, se trata concretamente del Colegio Mayor Arunda, situado en el barrio de La Paz, que ha sido convenientemente acondicionaso y dotado de los recursos correspondientes para acoger de entrada a unos 80 residentes, aunque se estima que cuente con capacidad hasta para 180 personas en caso de que fuera necesario, y su gestión correrá a cargo del Distrito Sanitario Málaga Guadalhorce.
Esta actuación ha sido anunciada este jueves por el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, durante la sesión de la Diputación Permanente del Parlamento andaluz.
Se trata de una de las medidas implementadas por la Consejería de Salud y Familias a través de la Dirección General de Cuidados Sociosanitarios como refuerzo de los recursos residenciales de personas mayores que fueron presentadas el pasado jueves 27 en Consejo de Gobierno, y que incluye otros tres centros más, situados en las provincias de Cádiz, Granada y Sevilla.
Las medidas prevén dotar al centro de todos los medios profesionales y materiales necesarios para garantizar la atención de los residentes ingresados, correspondiendo a los equipos de Atención Primaria la atención médica así como el seguimiento y evolución de los pacientes.
Así, en principio el centro cuenta con una dotación de cuatro médicos, diez enfermeros, y 20 auxiliares, aunque dicha dotación se irá replanteando en función de las necesidades.
La Red de Enfermeras Gestoras de Casos, apoyadas por las enfermeras de familia, realizará el seguimiento telefónico diario, incluido fines de semana, de la totalidad de los centros residenciales de mayores y de discapacidad. En la línea de este seguimiento se contempla la elaboración de un mapa diario con la incidencia de casos nuevos en residencias, con el fin de planificar las intervenciones.
De igual modo, se pondrán en marcha las indicaciones oportunas para organizar el aislamiento en las residencias que incluyan los casos o sospecha de casos, resolver dudas, orientar la asistencia y coordinar alertas con equipos sanitarios para la atención presencial cuando sea necesario en situaciones de mayor complejidad o agravamiento.
Asimismo, en aquellos casos que, por su complejidad o condiciones clínicas, lo requieran, se activará la atención médica presencial procedente de centros de salud, de urgencias o de servicios especializados hospitalarios. Este hecho se dará si existen pacientes en situación de cronicidad compleja y que presenten agravamiento, pacientes con agravamiento de síntomas por COVID-19 o pacientes en situación de cuidados paliativos que presenten empeoramiento.
Por su parte, si existe necesidad de la presencia de profesionales para continuar con tratamientos, así como la vigilancia y control de síntomas durante el tratamiento y evolución, se dotará a la residencia de los recursos profesionales y materiales que se vayan requiriendo según esos criterios clínicos.
En previsión de las necesidades de medicalización en las residencias, las direcciones de distrito o área organizarán, en coordinación con el hospital, la preparación de equipos materiales para el tratamiento parenteral y oxigenoterapia necesario para la asistencia. Igualmente, en coordinación con los hospitales, se organizará la disponibilidad de recursos materiales de cuidados hospitalarios para su traslado al ámbito residencial.