MÁLAGA 28 Sep. (EUROPA PRESS) -
Más de 58.000 personas mayores en Málaga han participado en lo que va de año en los programas de envejecimiento activo que se llevan a cabo en los 15 centros de Participación Activa de la Junta de Andalucía en la provincia.
Con motivo del Día Internacional de las Personas Mayores, la Delegación Territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales ha organizado diversos actos, en el que han participado unas 500 personas.
La jornada, que ha contado con la asistencia de la delegada de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, Ana Isabel González, ha comenzado con una ruta desde el Parque Huelin hasta la Playa de la Misericordia, en Málaga capital.
Después de degustar un desayuno, se han organizado diversas rutas guiadas al centro histórico, con visitas al Teatro Romano, a la Alcazaba o a la exposición cartográfica de la Autoridad Portuaria, entre otras.
González ha destacado que el envejecimiento activo "es la mejor manera de tener una vida saludable, satisfactoria y plena", y ha señalado que "nuestros mayores tienen que ser una referencia para los más jóvenes, porque habéis demostrado que sabéis cómo superar las dificultades, y cómo elevar las cotas de bienestar de la sociedad". "Necesitamos que sigáis contribuyendo, desde las capacidades que cada uno tenga, a engrandecer nuestra tierra", ha dicho.
A lo largo del año, la Delegación de Igualdad ha organizado en sus centros de Participación Activa un "elevado" número de talleres y actividades para la promoción de un envejecimiento activo y saludable, concretamente 484 actividades y 1.040 talleres.
"Los centros diversifican las áreas temáticas para que los usuarios encuentren una gran variedad de propuestas que satisfagan sus inquietudes", ha señalado González.
Así, entre las actividades desarrolladas destacan rutas senderistas, tertulias literarias, visitas culturales, charlas, conferencias, grupos de teatro y artes escénicas, entre otras.
En cuanto a los talleres, éstos abarcan las áreas de las artes plásticas y la creatividad con talleres manualidades, cortes y confección o pintura; el área de formación y cultura popular con talleres de lectura; y en el ámbito de las nuevas tecnologías ha habido clases de informática.
El mantenimiento físico se lleva a cabo con talleres de yoga, taichí, pilates, aquagym, relajación; así como en las artes escénicas y musicales con la formación de grupos de bailes, coros, pastorales y teatro.
La delegada de Igualdad ha incidido en los objetivos de los programas de envejecimiento activo "cuya finalidad principal es procurar el bienestar social e individual de las personas mayores, mejorar su calidad de vida y su imagen ante la sociedad, promover la autonomía personal, prevenir situaciones de dependencia y fomentar la cooperación y la solidaridad entre generaciones".
TARJETA ANDALUCÍA JUNTA SESENTAYCINCO
La Tarjeta Andalucía Junta sesentaycinco, que tramita la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales, también incluye entre sus objetivos el fomento del envejecimiento activo, ya que sus portadores tienen derecho a un gran número de descuentos y beneficios en el acceso al transporte, las actividades culturales, deportivas y de ocio en general.
Actualmente, más de 160.000 mayores son titulares de esta tarjeta en la provincia de Málaga. Gracias a este documento las personas socias de los centros de Participación Activa se han beneficiado este año de más de 38.400 comidas bonificadas en sus comedores, más de 5.700 servicios de peluquería y casi 1.200 servicios podológicos.
Asimismo, Andalucía elaboró en 2010 el primer Libro Blanco del Envejecimiento Activo publicado en toda España, un documento de análisis elaborado por la Junta, en colaboración con los colectivos representantes de mayores, que formula un total de 130 recomendaciones sobre medidas que se deben llevar a cabo en temas de salud, educación, seguridad, intergeneracionalidad y participación, fundamentalmente.
Las conclusiones de los grupos de trabajo parten de un amplio análisis sobre la situación demográfica actual y el progresivo envejecimiento de la población, que obliga a dar respuesta a las demandas de un grupo poblacional que necesita participar en la vida social, cultural, política y económica, y no sólo recibir una atención de carácter asistencial.
En el Libro Blanco se concluye que el envejecimiento demográfico no es una enfermedad social, sino un logro sin precedentes. Por ello, en el documento se apuesta por trabajar para acabar con la visión estereotipada de la vejez como fuente de problemas y no de posibilidades.