SEVILLA, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
El teléfono único de emergencias de la Junta de Andalucía ha gestionado un total de 3.242 incendios en vivienda entre los meses de enero y octubre de este año 2017, lo que supone un aumento de casi el diez por ciento (9,9%) con respecto al mismo período del año anterior, cuando fueron 2.950 los casos atendidos, según ha informado este sábado en un comunicado el 112, servicio adscrito a la Consejería de Justicia e Interior.
Los meses en los que se han registrado un mayor número de incendios domésticos han sido tanto los asociados al período invernal como el estival. El descenso de las temperaturas en invierno y con ello el mayor uso de calefactores y braseros, así como el aumento del mercurio en los meses de verano, que conlleva un mayor uso de aparatos de aire acondicionado y ventiladores, podría estar detrás de este aumento de incendios en vivienda en estos períodos, según apunta el 112.
Así, enero, con 413 incidencias, seguido de agosto (374), julio (367), junio (345) y febrero (330), concentra un mayor número de casos. Por detrás, se posicionan marzo (328), septiembre (277), mayo (274), octubre y abril (ambos con 267 casos).
Por provincias, Sevilla es la que cuenta con más incidentes de esta naturaleza, con un total de 937, seguida de Málaga (522), Cádiz (492) y Granada (424). Por su parte, Córdoba (238), Huelva (230), Jaén (223) y Almería (176) son las provincias donde ha habido un menor número de incendios en el ámbito doméstico.
CONSEJOS
El servicio de emergencias andaluz ofrece a la ciudadanía una serie de recomendaciones y consejos para prevenir incendios y actuar en caso de que se produzcan, especialmente ahora que con la bajada de temperatura aumenta el uso de braseros y calefacciones. En primer lugar, si se origina un incendio en un domicilio, es fundamental mantener la calma y llamar, lo antes posible, al 112 para pedir ayuda y explicar qué ocurre y dónde.
Si las llamas están dentro de la vivienda, hay que intentar salir del inmueble con celeridad, pero sin perder el control, lo más importante es ponerse a salvo por lo que, bajo ningún concepto, hay que pararse a recoger objetos personales. Es importante que mientras se sale de la casa se cierren todas las ventanas y las puertas que podamos y, una vez fuera, se entreguen la llave a algún efectivo de bomberos.
El humo acumulado puede dificultar la visibilidad e impedir respirar bien. Si se da este caso, lo mejor es gatear lo más cerca del suelo. Antes de abrir cualquier puerta, es crucial comprobar que no está caliente y que no sale humo por las rendijas; si es así, no debe abrirse porque el oxígeno alimentaría las llamas y empeoraría la situación. Si se está en una planta superior, se bajará por las escaleras, a no ser que en el hueco haya humo. En todo caso, nunca se usará el ascensor.
Si el incendio no permite salir del inmueble, se deben cerrar todas las puertas que haya entre el fuego y el lugar donde nos encontramos y trataremos de refugiarnos en una habitación próxima a la calle, para que los operativos de emergencia puedan llevar a cabo el rescate. Es muy recomendable, siempre que se pueda, humedecer alguna prenda de ropa y colocarla en las rendijas para evitar que el humo pase a la estancia en las que nos hayamos guarecido. A continuación, se debe llamar al 112 y pedir ayuda por una ventana o balcón para ser visibles a los operativos de emergencia.
Si las llamas alcanzan a las personas y prenden su ropa no hay que correr, sino que hay que tumbarse en el suelo y rodar sobre uno mismo para apagarlas. Las personas que vivan en una misma vivienda deben concretar un plan de salida en caso de incendio y una zona de encuentro en el exterior y, si se produce una emergencia de este tipo, comprobar si todos los ocupantes de la vivienda están en esa zona de encuentro. Además, todo el mundo debe conocer la ubicación de las llaves de rejas abatibles para poder huir en caso necesario.
PREVENCIÓN
Emergencias Andalucía ofrece además otra serie de medidas y consejos para evitar que se produzca un incendio en nuestra casa. Es importante hacer un buen uso y mantener en estado óptimo los enchufes e interruptores; no abusar de las alargaderas y enchufes múltiples, así como emplear los enchufes con toma de tierra para aquellos electrodomésticos que lo precisen, como planchas o calentadores portátiles. Es muy útil tener en casa un extintor y conocer su manejo para actuar de forma rápida.
Los braseros, radiadores o cualquier aparato de calefacción se colocarán siempre lejos de las cortinas o visillos, para evitar que prendan. En las casas donde haya menores, es muy importante que los niños no estén cerca de los focos de calor, porque, en un descuido, pueden provocar un accidente; por ejemplo, al acercar las enaguas al brasero.
Si, en lugar de un aparato eléctrico, se usa una calefacción que desprende gases o un brasero de picón (o cisco) la habitación tiene que estar siempre bien ventilada; de esta forma, si existe una mala combustión se evitará la acumulación de monóxido de carbono, un gas que en altas concentraciones puede llegar a ser letal.
Otras medidas preventivas que se pueden llevar a cabo en las viviendas es evitar que se acumule grasa en hornillas y campanas extractoras y no guardar productos de limpieza, líquidos inflamables y bolsas de plástico cerca de fuentes de calor de la cocina: fogones, hornos o calentadores.
Respetar la fecha de caducidad de las conducciones de gas, mantener en buen estado las uniones y no obstaculizar las rejillas de ventilación son también gestos que ayudarán a que una casa sea más segura.
Los garajes y trasteros, igual que ocurre con las cocinas, son focos potenciales de incendios porque en ellos se suele guardar productos disolventes, quitagrasas, pinturas, etcétera, por lo que son zonas especialmente sensibles a las que prestar mayor atención, según subraya el 112.