SEVILLA 29 Dic. (EUROPA PRESS) -
El 20,9% de la población andaluza mayor de 16 años consume tabaco habitualmente. En concreto, el 18,9% son fumadores diarios y el 2% no diario. Estos datos reflejan un descenso significativo --del 10%-- en el consumo respecto a 2016, cuando el 30,3% de los andaluces fumaban habitualmente.
Así se recoge en el informe del Balance del año 2023 del Plan Integral de Tabaquismo de Andalucía (PITA) y en consonancia con lo que refleja la encuesta Edades (Encuesta sobre Alcohol y Drogas en España), realizada por el Plan Nacional de Drogas y publicada por el Ministerio de Sanidad a principios de diciembre, que sitúa a Andalucía por debajo de la media nacional.
En concreto, mientras un 28,9% de hombres de entre 15 y 64 años --a los que se dirige el estudio-- y un 22,6% de mujeres fuman diariamente de media en España, en Andalucía estos valores descienden al 24,1% y 17,8%, respectivamente.
Sin embargo, destaca el informe del PITA, la brecha de género se ha reducido debido a una mayor disminución en el consumo entre hombres --40% menos en 2023 respecto a 2007-- en comparación con las mujeres --27,4% menos--.
No obstante, el consumo de tabaco no convencional va en aumento, ha indicado la Junta en un comunicado. El 10% de la población andaluza consume o ha consumido tabaco no convencional, incluyendo pipas de agua, cachimbas, vapeadores y cigarrillos electrónicos. El 6% lo consume actualmente y un 4,5% lo ha consumido en el pasado.
A nivel nacional, ha crecido del 12% al 19% el porcentaje de personas que han probado los cigarrillos electrónicos. El 41,3% de los usuarios lo prueban por curiosidad. Este porcentaje aumenta ligeramente entre los jóvenes y adolescentes, donde el 44,3% reconoce haber probado los cigarrillos electrónicos y dispositivos relacionados alguna vez.
Las cachimbas o pipas de agua se han convertido en una puerta de entrada al consumo de tabaco y otras sustancias, con un 77,1% de los jóvenes admitiendo haberlas usado alguna vez. Sin embargo, la mayoría de los escolares --11 a 18 años-- no ha fumado nunca. Sólo el 3,7% de los chicos y el 3% de las chicas han consumido tabaco en los últimos 30 días (según pregunta la encuesta). Pero el contacto con el tabaco aumenta con la edad, así el 43,45% de los jóvenes de 17-18 años sí ha probado el tabaco alguna vez.
El Servicio de Promoción y Acción Local en Salud de la Consejería de Salud y Consumo destaca que el tabaquismo sigue siendo la principal causa prevenible de morbimortalidad en Andalucía.
De hecho, es responsable de más de 8.000 muertes al año, siendo una de las principales causas de enfermedades como el cáncer, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y las enfermedades cardiovasculares. Además, el tabaquismo pasivo agrava este problema, afectando especialmente a niños y personas en contacto cercano con fumadores.
Por ello, el tabaquismo representa un desafío crítico para la salud pública. Puesto que, a pesar de los avances logrados, el consumo de tabaco y productos relacionados persiste como un problema de gran magnitud, con nuevas formas de consumo como cigarrillos electrónicos, dispositivos calentados y bolsas de nicotina, que plantean retos adicionales.
En respuesta a esta situación, el PITA establece medidas específicas para promover la salud y reducir el tabaquismo, como la inclusión de todos los centros sanitarios del Servicio Andaluz de Salud en la Red Andaluza de Servicios Sanitarios y Espacios Libres de Humo (Rasselh), el desarrollo de campañas informativas basadas en la mejor evidencia científica y el fortalecimiento de los programas de intervención dirigidos a adolescentes y colectivos vulnerables.
Además, se fomenta la investigación en nuevas formas de consumo y el impacto del humo ambiental de tabaco y aerosoles tóxicos provenientes de los nuevos dispositivos, garantizando una respuesta integral frente a los desafíos actuales del tabaquismo.
Desde la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, se están llevando a cabo los estudios necesarios para desarrollar una propuesta normativa que garantice la protección de toda la población, con especial énfasis en los menores, frente a estas nuevas formas de consumo, así como la ampliación de espacios libres de humo.