SEVILLA 19 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los cooperantes andaluces en labores de voluntariado en el extranjero, como Raúl Muñoz Jiménez en centroamérica y el Caribe o Javier Serrano Puente en Guatemala, señalan que en sus países "llueve sobre mojado", en palabras de Serrano, por el impacto del coronavirus (Covid-19) en países donde los mecanismos de ayuda humanitaria "no estaban diseñados para hacer frente a una emergencia global", en palabras de Jiménez.
En un momento en que la mayoría de andaluces están confinados en nuestros hogares por la pandemia del Covid-19, ambos se encuentran más lejos que nunca de su casa, como relata en una nota de prensa la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aacid), entidad dependiente de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación.
Según explica Serrano sobre Guatemala, la pandemia ha llegado a un país con enormes desigualdades, donde el 60 por ciento de la población está en situación de pobreza o extrema pobreza y existen muy pocas capacidades de resiliencia ante las crisis en las capas más vulnerables de la población, sobre todo la rural, que es mayoritariamente de pueblos originarios mayas.
Serrano es licenciado en Sociología y tiene una amplia formación y experiencia en identificación, formulación, seguimiento, evaluación y justificación de intervenciones de cooperación internacional para el desarrollo. Desarrolla su labor en la AACID desde 2008 pero, como Raúl Muñoz, su trabajo en la cooperación internacional empezó muchos años antes.
La Aacid trabaja en Guatemala en el llamado Corredor Seco, donde se dan enormes problemas de inseguridad alimentaria y cuya población más vulnerable requiere cada año de ayuda en el periodo de 'hambre estacional', que va de mayo hasta agosto cuando las familias agotan sus reservas alimentarias. En este contexto, la agencia apuesta por procesos de desarrollo con la población rural y, además, forma parte del grupo promotor de la Mesa de Cooperantes en el territorio Chorti.
Una opinión semejante expresa Raúl Muñoz sobre Centroamérica y la zona del Caribe, donde la probable recesión mundial que se producirá, sin duda afectará negativamente a la economía y el mercado de trabajo de unos países con economías muy ligadas a la actividad turística, a las materias primas y a las remesas que llegan del exterior.
"Hace unas décadas, la gran meta de la región era el acceso a los servicios sociales básicos, pero el reto actual era mejorar la calidad de estos sistemas y reducir las inequidades. Ahora existe un riesgo evidente de recesión en la región que podría suponer la pérdida de una o dos décadas de progreso en estos países que empezaban a considerarse de renta media", resume.
Muñoz recalca las enormes diferencias que se dan entre los países y entre los diferentes grupos de población que habitan en cada uno de ellos, pues los efectos de la pandemia "se están notando más en los países más empobrecidos, que son los que no cuentan con el músculo económico, político e institucional para responder a una emergencia sanitaria de este tipo". En Honduras y Haití, por ejemplo, la mitad de la población se encuentra en "situación de pobreza", afirma.
La Junta apunta que si la expansión del Covid-19 puede parecer aún lenta en estos países es, probablemente, porque aún se han realizado pocos tests a la población para la detección rápida y el aislamiento. Guatemala apostó desde el principio por una estrategia de contención mediante el cierre de fronteras, la paralización de las actividades económicas y estableciendo un toque de queda.
Sin embargo, no existe una medida de confinamiento obligatorio como en España y la población sigue saliendo a trabajar y a realizar compras, aunque hay una recomendación general de quedarse en casa.
Se estima que el 70 por ciento del empleo en este país es informal y mucha gente vive con el ingreso diario, por lo que las restricciones están haciendo sufrir a muchas familias que se están quedando sin sustento.