Actualizado 15/01/2018 10:18

El IAM atiende a 138 adolescentes víctimas de violencia machista en 2017, un 10% más

Elena Ruiz, este viernes
EUROPA PRESS/PSOE-A

SEVILLA 15 Ene. (EUROPA PRESS) -

El Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) ha prestado durante 2017 terapia psicológica gratuita y especializada a 138 chicas adolescentes que han sufrido violencia de género en sus primeras relaciones de pareja.

La cifra supone un aumento del 10,4 por ciento respecto al año anterior (125), por lo que la directora del IAM, Elena Ruiz, ha querido hacer un "llamamiento a las familias para estar alerta y pedir ayuda ante cualquier síntoma de relación tóxica en sus hijas adolescentes".

Por provincias, el servicio ha atendido a 32 adolescentes en Sevilla; 26 en Granada; 22 en Córdoba; 15 en Jaén; 14 en Huelva; 10 en Almería y Cádiz respectivamente y 9 en Málaga.

En un comunicado, Ruiz también ha recomendado conocer las señales a través de la 'Guía para madres y padres con hijas adolescentes que sufren violencia de género', disponible en la web del IAM. Junto a ello, ha subrayado que la Junta "seguirá trabajando" este año las iniciativas coeducativas para el fomento de la igualdad en las relaciones de pareja y la prevención de la violencia machista, con especial atención a la adolescencia.

"Donde todo trabajo de coeducación en la escuela se desmonta fácilmente por la influencia del cine, la música, la publicidad, y los medios de ocio, de gran repercusión en esas edades", ha señalado. En este sentido, la directora del IAM ha insistido en la importancia de "desmontar los roles de género, los mitos del amor romántico y la pornografía patriarcal, introduciendo más educación sexual, emocional y de género".

El Programa de Atención Psicológica a las Mujeres Menores de Edad Víctimas de Violencia de Género presta terapia psicológica gratuita y especializada a víctimas de entre 14 y 18 años, y proporciona información y orientación a las madres, padres o tutores de dichas mujeres para minimizar al máximo las consecuencias de la violencia y prevenir nuevas relaciones de pareja no igualitarias.

Para desarrollar el programa, los centros provinciales del IAM y el Teléfono de la Mujer llevan los casos concretos de violencia de género detectados en mujeres menores a un equipo especializado de psicólogos, que además de atender a la víctima (previa autorización de sus tutores) y a su familia, deriva a la misma a la red de atención (sanitaria, social, jurídica o policial) que se requiera.

Una vez derivada al equipo de terapeutas, la víctima recibe una sesión inicial de presentación y una serie de sesiones de terapia individual donde se abordan todos los aspectos relacionados con la violencia de género y sus manifestaciones, desde las más tempranas hasta las más severas. Tras dichas consultas individuales, y en función del perfil de las menores atendidas, el programa desarrolla en cada provincia sesiones terapéuticas grupales donde se refuerzan los contenidos aprendidos y se genera una red de apoyo informal para las menores.

De forma paralela, las madres y los padres asisten a grupos terapéuticos, donde mejoran la comprensión del problema y comparten estrategias y buenas prácticas para apoyar a sus hijas. Según ha explicado la directora, el programa presta "especial atención" a la violencia sexual, que se da en casi todos los casos de las adolescentes atendidas, pese a no ser ellas conscientes al inicio de la terapia.

Así, ha advertido de la necesidad de estar alerta ante el "falso consentimiento" y dar "suficiente formación sexual a las personas jóvenes para contrarrestar la pornografía patriarcal".

Todas las adolescentes atendidas en el programa han sufrido además ciberdelincuencia de género, que se añade a la violencia de género tradicional en las mujeres jóvenes, ya que, según Ruiz, "las redes sociales forman parte de su día a día y de su forma de comunicarse y relacionarse".

Por ello, el programa aborda también todas las especificidades de la ciberdelincuencia de género, como la capacidad de difusión, repetición y viralidad de las agresiones digitales; el mayor anonimato del agresor; la continuidad en el tiempo; el exhibir tu intimidad ante infinitas personas; o la facilidad para el control permanente (geolocalizadores, control de estado online o conexiones).

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