MADRID 12 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha decidido este jueves cumplir con el guión y bajar en 25 puntos básicos los tipos de interés, de forma que la tasa de depósito (DFR) quedará en el 3%, la de referencia para sus operaciones principales de refinanciación (MRO) en el 3,15% y la de la facilidad de préstamo (MLF) en el 3,40%.
Tal y como daban por descontado los analistas consultados por Europa Press, el BCE ha continuado con su ciclo de flexibilización monetaria tras la bajada de octubre, cuando se decantó por recortar los tipos en idéntica proporción.
"En particular, la decisión de bajar el tipo de interés aplicable a la facilidad de depósito [...] se basa en su evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria", ha argumentado el instituto emisor.
Las condiciones de financiación están "relajándose", dado que las recientes bajadas de los tipos están reduciendo "gradualmente" el coste del crédito nuevo para las empresas y los hogares. No obstante, siguen siendo "estrictas", debido a que la política monetaria es aún restrictiva y a que las anteriores subidas de la tasa de referencia siguen transmitiéndose al saldo vivo del crédito concedido.
El BCE ha asegurado, aun así, que el proceso de desinflación sigue avanzando. De esta forma, pronostica que la inflación general se situará en promedio en el 2,4% en 2024, el 2,1% en 2025, el 1,9% en 2026 y el 2,1% en 2027, cuando el régimen ampliado de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea (UE) comience a aplicarse.
Después, la inflación subyacente, aquella que excluye la energía y los alimentos por la mayor volatilidad de sus precios, se situará de media en el 2,9% en 2024, el 2,3% en 2025 y el 1,9% tanto en 2026 como en 2027.
"La mayoría de los indicadores de la inflación subyacente sugieren que la inflación se estabilizará de forma sostenida en torno al objetivo del Consejo de Gobierno del 2% a medio plazo", ha manifestado en su comunicado, que también reconoce que la inflación interna sigue siendo "elevada" por el "retraso considerable" en el ajuste de salarios y precios de "algunos sectores".
En cuanto a la actividad económica, los expertos del BCE prevén ahora una recuperación económica más lenta que en las proyecciones de septiembre por la ralentización de las lecturas de PIB del cuarto trimeste. En conjunto, se prevé un crecimiento de la economía del 0,7% en 2024, del 1,1% en 2025, del 1,4% en 2026 y del 1,3% en 2027.
La recuperación estimada se basa, principalmente, en el incremento de las rentas reales, que debería permitir a los hogares consumir más y a las empresas aumentar la inversión. Se augura que la desaparición gradual de los efectos de la política monetaria restrictiva debería respaldar una recuperación de la demanda interna.
El organismo dirigido por Christine Lagarde ha insistido en que cuenta con la "determinación" de estabilizar la inflación en el objetivo del 2% a medio plazo, para lo que se aplicará un enfoque dependiente de los datos a la hora de fijar los tipos.
En particular, las decisiones del Consejo de Gobierno sobre el precio del dinero se basará en su valoración de las perspectivas de inflación teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria, sin comprometerse de antemano con ninguna senda concreta de tipos.
DATOS DE INFLACIÓN
La tasa de inflación de la zona euro se situó en noviembre en el 2,3% interanual, tres décimas más que la subida del mes anterior y mayor alza interanual desde el pasado mes de julio, según la oficina estadística comunitaria, Eurostat.
La aceleración de los precios en el área de la moneda común fue reflejo de la caída del 1,9% en el coste de la energía tras disminuir un 4,6% interanual en octubre, mientras que los alimentos frescos aumentaron al 2,4%, seis décimas menos.
Al descontar el impacto de la energía, la tasa de inflación se mantuvo estable en el 2,7%, mientras que, de excluirse también el coste de los alimentos, alcohol y tabaco, la subyacente permaneció también en el 2,7%.
Entre los Estados de la UE, el mayor incremento del coste de la vida en noviembre correspondió a Bélgica (5%), Croacia (4%) y Estonia y Países Bajos (en ambos casos un 3,8%). Por contra, las menores subidas se observaron en Irlanda (0,5%), así como en Lituania y Luxemburgo (1,1% para los dos países).
En el caso de España, la tasa interanual repuntó seis décimas, hasta el 2,4%, una décima por encima del promedio de la zona euro.