BRUSELAS 8 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea ha presentado este miércoles una propuesta que le daría poderes para imponer sanciones comerciales a países terceros como Rusia o China que intenten presionar o boicotear a alguno de los miembros de la UE con medidas que dañen sus intereses comerciales o inversiones en el exterior.
El objetivo es que los servicios comunitarios puedan responder con rapidez a presiones externas, por ejemplo con aranceles y cuotas de exportación u otras medidas coercitivas en materia de propiedad intelectual, servicios financieros o de acceso a contratación pública y financiación europea.
El vicepresidente económico del Ejecutivo comunitario y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis, ha negado que este instrumento esté dirigido contra ningún país en concreto y ha defendido que cada caso deberá ser evaluado individualmente para concluir si se trata de una "coacción comercial" que requiere una reacción de la UE.
Sin embargo, sí ha apuntado que un ejemplo de situaciones en las que Bruselas cree que podría tomar medidas bajo este marco es el modo en que China está actuando contra Lituania en represalia por la embajada de facto abierta por Taiwán en Vilna.
Otros episodios en la mente de los europeos que apoyan esta estrategia son las presiones de Estados Unidos contra la tasa digital europea o las tensiones con Rusia tras el derribo del vuelo MH17.
"La selección y diseño de las contramedidas estarán cuidadosamente medidas y adaptadas, tras consultas detalladas con los actores relevantes y la luz verde de los Estados miembro", ha asegurado Dombrovskis, sobre una propuesta que se enmarca en la política comercial, lo que da más poderes a Bruselas que si hubiera sido desarrollada en el marco de las relaciones exteriores.
En la práctica, la Comisión podrá tomar la iniciativa de actuar ante un caso que considere una "intimidación" exterior y los gobiernos europeos necesitarían sumar una mayoría cualificada para bloquear la respuesta de Bruselas.
Dombrovskis ha recalcado que se trata de un instrumento de "defensa comercial", aunque es consciente de su "peso geopolítico", pero ha insistido en que las medidas que pudieran tomarse serán "equilibradas, proporcionadas y dentro del Derecho internacional".
La propuesta es vista con buenos ojos en el Parlamento Europeo porque la política comercial está siendo usada cada vez más como "arma política" y la UE tiene un vacío en su arsenal que otros pueden explotar, según ha señalado el presidente de la comisión parlamentaria de Comercio Internacional, Bernd Lange.
También Francia, que asumirá la presidencia de turno de la UE el próximo enero, ha aplaudido la propuesta porque cree que ayudará a construir una política comercial "menos ingenua" y a defender con firmeza los intereses europeos.
Con todo, algunos países ven con recelo que Bruselas pudiera ganar tanto peso en la respuesta a envites de potencias extranjeras y también cuestionan su compatibilidad con las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Al respecto, el vicepresidente de la Comisión ha apuntado que la intención es contar con una herramienta "firme y creíble" para que terceros reconsideran su presión o boicot contra la UE o una parte de ella y ha confiado en que sea adoptada con celeridad.
También ha subrayado que primero se buscará una "solución negociada" y que, en todo caso, es una respuesta pensada ante países "que ya están actuando fuera del marco del Derecho internacional".