Esta bacteria, inocua para personas y animales, se detectó en un único olivo en Villarejo, pero se tomaron medidas en un radio de 100 metros
MADRID, 26 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Comunidad de Madrid ha confirmado hoy oficialmente la supresión de las medidas de control ante el brote de Xylella fastidiosa que apareció en abril de 2018 en los términos municipales de Villarejo de Salvanés y Valdaracete, tras cuatro años de seguimiento intensivo y de la aplicación de las medidas de la Unión Europea para la contención y erradicación de esta plaga, han confirmado a Europa Press fuentes regionales.
Estas actuaciones realizadas por los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura de la Comunidad de Madrid han sido supervisadas exhaustivamente por la Dirección General de Sanidad de la Producción Agraria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y por la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea.
La declaración oficial se realiza sobre la única Zona Demarcada de la región en la que se detectó un olivo de Villarejo de Salvanés el aquejado de esta plaga, que no se extendió a ningún otro árbol. La detección se produjo gracias a la efectividad de los sistemas de vigilancia, control e inspección que llevan a cabo de manera habitual expertos de la Comunidad desde el año 2014, con una media aproximada de 300 prospecciones al año. En este caso, la bacteria era inocua para personas y animales, pero muy perniciosa para los árboles.
UNA PLAGA DECLARADA POR LA UNIÓN EUROPEA
La Política Agraria Común en la Unión Europea considera la infección de vegetales con la bacteria Xylella fastidiosa (Wells et al.) como una plaga cuarentenaria de la Unión declarada por la Organización Europea y Mediterránea para la Protección de las Plantas (OEPP). Esta clasificación determina que, de forma obligada, los estados miembros deben adoptar medidas de control a fin de impedir su introducción y propagación en todo el territorio de la Unión. Así lo ha hecho el Gobierno regional durante estos cuatro años.
Con esta supresión de la Zona Demarcada terminan las limitaciones implantadas hasta este momento para el cultivo y el movimiento de especies vegetales hospedantes de la bacteria. No obstante, la Comunidad de Madrid continuará ejecutando los Programas de Vigilancia de Plagas establecidos para esta y otras plagas cuarentenarias y prioritarias, con el objetivo de proteger la sanidad agraria de la agricultura madrileña.
La consejera de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura, Paloma Martín, ha agradecido "la rápida puesta en marcha de las medidas para intentar erradicarla desde el primer momento y evitar su propagación, que resultó sumamente eficiente, así como el control exhaustivo que se ha estado manteniendo durante estos cuatro años". Además, el Gobierno regional dispuso dos millones de euros para hacer frente a las actuaciones de control y a las indemnizaciones fijadas para los agricultores damnificados.
INICIO DEL BROTE
En abril de 2018 el Instituto de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA), en su Laboratorio de Sanidad Vegetal, detectó la bacteria que fue confirmada por el Laboratorio Nacional de Referencia (LNR) de Bacterias Fitopatógenas del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias de Moncada (Valencia).
De manera inmediata se creó el Comité de Dirección de Emergencia, formado por miembros del Gobierno regional, técnicos de la administración regional e investigadores especializados del IMIDRA, que cuenta con alguno de los mejores científicos especialistas en esta bacteria.
Tanto el olivo afectado, como todos los situados en un radio de 100 metros, fueron arrancados y eliminados para evitar la propagación. En total, 297 árboles en una superficie de unas tres hectáreas. Asimismo, se fijó una zona tampón de control preventivo de 5 kilómetros de radio alrededor de la zona infectada de 10 metros y se restringió el movimiento de plantas en los viveros cercanos.
Por otra parte, en 500 metros a la redonda se realizaron tratamientos insecticidas y fitosanitarios, tanto en olivos como en otras plantas susceptibles de verse afectadas por la bacteria.
La bacteria puede causar graves daños en cultivos como olivo, vid, frutales de hueso, cítricos, almendros y numerosas especies ornamentales. Se encuentra en el sistema circulatorio de la planta y puede llegar a obstruir el flujo de savia, causando síntomas similares a los de la falta de agua o carencia de nutrientes: marchitez, secado de hojas y ramas e, incluso, muerte del ejemplar afectado.
Se transmite de forma natural de unas plantas a otras con la ayuda de insectos vectores; podría haber llegado de esa forma al olivo afectado o bien en plantas procedentes de zonas donde la bacteria está presente.
En octubre de 2013 se detectó por primera vez en Europa, en la región de Apulia (sur de Italia). En 2015, la bacteria llegó a Francia. En España, la primera confirmación se produjo en noviembre de 2016, en un centro de jardinería en Mallorca. En la península se detectó el primer caso en junio del pasado año 2017, en almendros localizados en la provincia de Alicante.
PLAN DE CONTINGENCIA
El 11 de abril de 2018 las autoridades competentes en Sanidad Vegetal de la Comunidad de Madrid declararon oficialmente la presencia de Xylella fastidiosa mediante la publicación en el BOCM de la correspondiente resolución, en la que también se adoptaban medidas fitosanitarias urgentes de erradicación y control para evitar su propagación.
Paralelamente a esta declaración oficial se constituyó, en la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura de la Comunidad de Madrid, un Comité de Emergencia en el que participaron las autoridades regionales y locales, los representantes del sector agrario afectado por la plaga, las fuerzas y cuerpos de seguridad, y expertos en materia de sanidad vegetal, para aplicar lo establecido para estos casos en la organización común de la UE en Sanidad Vegetal.
En el mismo año de la aparición se examinaron otras 2.881 hectáreas externas al entorno afectado. Por otra parte, el Gobierno regional pidió la colaboración de otras administraciones, así como los propios agricultores y organizaciones agrarias, para que comunicaran cualquier síntoma de esta bacteria y, sobre todo, cumplieran con el protocolo de buenas prácticas para evitar su propagación.
Desde entonces, la Comunidad ha desarrollado un del Plan de Contingencia que ha demostrado un gran éxito y que ha permitido una vigilancia estrecha en la Zona Demarcada.
Se han realizado prospecciones y tomas de muestras en las zonas afectadas y de control preventivo, así como en parques, jardines y plantaciones de los cultivos con mayor presencia en el medio agrícola en nuestra región, tales como olivo, vid, almendro y otros frutales del género Prunus y, en medio forestal, de Quercus. Además de la identificación de potenciales insectos vectores que pudieran transmitir esta bacteria.