MADRID, 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
La adquisición de una vivienda es el mayor desembolso económico que suele realizar una persona a lo largo de su vida. Analizar bien el presupuesto, el tipo de inmueble y la financiación de la compra son aspectos clave que determinarán el tiempo que se tardará en completar la compra.
Existen varios riesgos que pueden llevar a tomar una mala decisión. Precipitarse y no realizar las visitas pertinentes al inmueble, no asegurarse de que se encuentra en la localización adecuada y con los servicios necesarios, no solicitar documentos como la nota simple, no dejarse asesorar por expertos como los de la entidad financiera o no comparar la vivienda con otras similares suelen ser algunos de los errores más frecuentes.
¿Cuánto tiempo hay que dedicar a buscar una vivienda? Aunque no hay una fórmula exacta, en promedio, resulta prudencial dedicar entre tres y seis meses a evaluar la compra de una casa. Muchos expertos aseguran que este es el tiempo suficiente para estudiar con detenimiento las distintas variables que influyen en la compraventa y en que esta finalice con éxito.
La paciencia y el asesoramiento deben ser una guía de referencia a la hora de comprar una vivienda. Hay ciertos procesos que son susceptibles de demorarse, como la concreción del precio final, las tareas administrativas relacionadas con la gestión de la documentación necesaria o el acuerdo de las condiciones de la hipoteca con la entidad bancaria, pero también hay otros requerimientos que se pueden preparar con antelación, lo que permitirá agilizar los tiempos.
Fase 1: análisis económico
El primer paso es analizar la solvencia económica para saber cuánto dinero se podrá destinar a la compra de una vivienda. Habitualmente, los bancos suelen conceder préstamos hipotecarios de un máximo del 80% del valor de tasación de la vivienda. Esto exige al comprador disponer de unos ahorros del 20% restante para completar la operación. Además, si se suman los gastos asociados a la compra del inmueble, es aconsejable aumentar este nivel de ahorros hasta el 35%. Es decir, que si la casa que se desea comprar vale 300.000 euros, es oportuno que el comprador tenga, al menos, 105.000 euros.
Calculadora: descubre cuánto deberías pagar por tu vivienda
Además, de cara a la futura solicitud de una hipoteca, hay que analizar nuestra capacidad mensual de ingresos y el grado de estabilidad laboral, ya que serán dos elementos clave para optar a la financiación.
Contar con el asesoramiento de un experto como el gestor de la entidad financiera puede ser de gran ayuda a la hora de marcar un presupuesto realista basado en la solvencia del futuro propietario. Fijar este precio máximo a pagar es clave para acertar con la siguiente fase, la de búsqueda, y, sobre todo, agilizará la última, la de lograr la financiación.
Fase 2: búsqueda de la vivienda
Consultar en agencias y portales inmobiliarios puede demorar el proceso, por lo que en algunos casos incluso es recomendable contar con la figura de un personal shopper inmobiliario. Tener previamente decidido el presupuesto y qué tipo de inmueble se busca puede acortar mucho la duración de esta fase.
Fase 3: firma de la hipoteca
Encontrar la hipoteca que mejor se ajusta a las necesidades de cada caso es un proceso que puede demorarse entre 15 días y un mes, desde que se solicita el préstamo al banco hasta que este presenta una oferta al cliente.
Aunque el gestor de la entidad explicará con detalle las claves del préstamo hipotecario y hará una recomendación en función de qué tipo le conviene más: si hipoteca a tipo fijo o variable, si el futuro propietario ya tiene ciertos conocimientos previos, este trámite será mucho más sencillo y rápido.
Calculadora: descubre qué te interesa más, si la hipoteca a tipo fijo o a tipo variable
Por norma general, los bancos solicitan al comprador una serie de documentación que, si ya se tiene preparada con antelación, puede suponer un gran ahorro de tiempo:
- Una copia del documento nacional de identidad (DNI)
- Un informe de vida laboral
- El contrato de trabajo junto a algunas de las nóminas más recientes
- La declaración de la Renta
- Cualquier documento relevante sobre el inmueble para el que se desea la financiación (por ejemplo, una nota simple del Registro de la Propiedad, la cédula de habitabilidad o las escrituras de la vivienda)
Existen fórmulas como el contrato de reserva y de arras que permiten formalizar el interés en la vivienda mientras se avanza en paralelo en esta búsqueda de financiación sin riesgo de que otro comprador se adelante en la adquisición.
En un plazo cercano a las dos semanas el banco estudia si quiere realizar una oferta y, si es así, elaborará una Ficha de Información Precontractual (FIPRE), que entrega al cliente para que revise las condiciones. Si este decide aceptarlas, la entidad preparará una Ficha Europea de Información Normalizada (FEIN), con carácter vinculante, fijando las condiciones de la hipoteca, como su importe total, el plazo de devolución, las cuotas iniciales o el tipo de interés que se aplicará.
Puede interesarte: Las fichas que debes leer antes de firmar una hipoteca
A todo esto hay que sumar la tasación de la vivienda, que es clave para el cálculo definitivo de las condiciones de la hipoteca, y que suele tardar en realizarse una semana.
Además, de cara a la firma del contrato hipotecario y de la compra formal de la vivienda con el notario, hay que llevar a cabo otros procesos, como liquidar impuestos o inscribir el inmueble en el Registro de la Propiedad. Estas acciones pueden delegarse a una gestoría, que tarda también en torno a una semana en completarlas.