Actualizado 18/11/2021 11:29

¿Qué hipoteca se adapta mejor a mi perfil?

Estar donde estés
Estar donde estés - Vivienda

MADRID, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -

Hay diferentes criterios a la hora de diferenciar las hipotecas: según el nivel de financiación, si es para una primera o una segunda residencia, o en función de los plazos de amortización. Pero el más utilizado es el que las distingue teniendo en cuenta el tipo de interés. En este sentido, hay hipotecas a tipo fijo y a tipo variable:

  • Hipoteca a tipo fijo: el interés se mantiene igual durante toda la vida del préstamo. Es decir, no está sujeto a las variaciones del índice de referencia, que en España es principalmente el euríbor. Por lo general, ofrece unos tipos de interés más elevados que las hipotecas a tipo variable y cuenta con un plazo más reducido. Por un lado, ofrece seguridad porque es inalterable al mercado, pero también evita que el titular se pueda beneficiar de una bajada de los tipos de interés.
  • Hipoteca a tipo variable: la cuota de la hipoteca sube o baja en función de la evolución del euríbor. Suele tener unos tipos de interés más bajos que las hipotecas a tipo fijo, pero está sujeta a los cambios que se produzcan en los mercados.

Además, como combinación de las anteriores, existe la hipoteca a tipo mixto. Durante los primeros años del préstamo, se aplica un tipo de interés fijo y, posteriormente, se pasa a uno variable.

Calculadora: descubre qué te interesa más, si la hipoteca a tipo fijo o a tipo variable

Pros y contras de los diferentes tipos de hipoteca

Las principales ventajas de las hipotecas a tipo fijo son la estabilidad y la seguridad que aportan. Evitan sobresaltos y permiten la planificación de la economía familiar, ya que el titular sabe que siempre pagará la misma cuota por su hipoteca. Sin embargo, las hipotecas a tipo fijo, a largo plazo suelen suponer unas cuotas mensuales más elevadas y tienen mayores comisiones en caso de realizar una amortización anticipada.

Por su parte, las hipotecas a tipo variable, habitualmente, cuentan con comisiones más bajas y son más baratas en el corto plazo. Pero por el contrario, las cuotas pueden variar a lo largo de la vida del préstamo en función de cómo evolucione el euríbor.

En condiciones estándar, las hipotecas a tipo fijo cuentan con unos intereses más elevados que las hipotecas a tipo variable. Sin embargo, en el contexto actual, hay entidades como Banco Sabadell que cuentan con préstamos a tipo fijo más atractivos que los de a tipo variable. 

¿Qué tipo de hipoteca me conviene más?

Con toda esta información, muchas personas se preguntan cuál es la hipoteca que mejor se adapta a su situación. Lo cierto es que no existe una hipoteca mejor o peor, sino que varía según las preferencias de cada comprador y su tolerancia al riesgo.

La edad, los ingresos o el perfil del futuro propietario condicionan esta elección. Las hipotecas a tipo fijo son las preferidas por las personas más conservadoras o por aquellas que cuentan con el inmueble en cuestión alquilado. Así, mantienen su rentabilidad estable. En cambio, las personas más jóvenes con buena perspectiva laboral o aquellas con suficiente estabilidad financiera están dispuestas a asumir más riesgos y suelen decantarse por las hipotecas a tipo variable.

En conclusión, una hipoteca a tipo fijo es recomendable para alguien que valora más la estabilidad, mientras que una a tipo variable es aconsejable para quien puede asumir los cambios de la evolución del mercado. Además, las primeras están pensadas para plazos de amortización más cortos que no suelen exceder los 20 años y las segundas para un periodo más prolongado, que puede oscilar entre los 30 y los 40 años.

Una hipoteca a tipo fijo es recomendable para alguien que valora más la estabilidad y una a tipo variable para quien puede asumir los cambios en la evolución del mercado

Aspectos a tener en cuenta antes de contratar una hipoteca

Firmar una hipoteca supone en muchas ocasiones tomar una decisión que puede acompañar al comprador de la vivienda durante un largo periodo de tiempo. Las entidades bancarias, en general, financian un máximo del 80% del valor de tasación de la vivienda. Por ello, desde el punto de vista del presupuesto es importante prestar atención a:

  • Contar con ahorros que cubran al menos el 20% del valor del inmueble
  • Tener ahorrado entre el 10% y el 15% para hacer frente a los gastos adicionales que conlleva la compra, como los impuestos o la notaría
  • Destinar, según indica la mayor parte de expertos, un máximo del 30% de los ingresos mensuales a pagar la hipoteca

Además, es importante contar con asesoramiento que sirva de guía en la toma de esta decisión para conseguir que la hipoteca elegida se adapte lo máximo posible al perfil del comprador y a sus necesidades.