Comprar una casa. Palabras mayores. Una de esas decisiones que marcan nuestra vida, que ilusionan, que hay que madurar, que no se olvidan. Tanto por la cuestión económica como por lo social y familiar. Por ello, conocer qué tipos de viviendas existen facilitará la búsqueda de la que mejor se adapte a los recursos y necesidades de cada futuro comprador.
En términos generales, podemos decir que existen dos tipos básicos de viviendas, libres y protegidas. Definirlas y conocer cuáles son sus características nos permitirá tomar la decisión más adecuada.
Viviendas libres, características esenciales
Las viviendas libres son aquellas que han sido construidas y pertenecen a empresas o particulares que no han recibido ningún tipo de ayuda del sector público, por lo que su precio de venta se rige por la ley de la oferta y la demanda.
En el grupo de las viviendas libres, encontramos dos subgrupos: las nuevas y las de segunda mano.
Diferencias entre viviendas libres nuevas y de segunda mano
Tomar la decisión más adecuada entre adquirir una vivienda nueva o de segunda mano no depende únicamente del estado en el que se encuentra. Existen otros factores clave, como considerar las ventajas y desventajas de las viviendas nuevas y las de segunda mano, que te ayudarán a decantarte hacia una u otra propuesta. Aspectos como el precio, la ubicación, la calidad de los materiales, los impuestos, la revalorización inclinarán la balanza hacia uno u otro lado.
En esencia, al escoger una vivienda libre nueva, podrás instalarte inmediatamente en el piso o casa recién adquirido. No tendrás que hacer reformas, las instalaciones, tanto interiores como exteriores, serán (a priori) de mejor calidad y estarán en mejor estado que las de segunda mano.
En cuanto a los inconvenientes, las viviendas de nueva construcción están gravadas con un IVA del 10%, la cuota de la comunidad de vecinos suele ser más alta y su precio no acostumbra a ser negociable.
Por otro lado, entre las ventajas de comprar una vivienda libre de segunda mano, destaca la posibilidad de reformarla a tu gusto, el precio de compra es inferior al de obra nueva, se revalorizan considerablemente y, por lo general, se encuentran mejor ubicadas que las viviendas recién construidas.
Particularidades de las viviendas protegidas
Las viviendas protegidas o VPO (viviendas de protección oficial) son de nueva construcción y están financiadas por las administraciones. Su precio, por tanto, es más asequible que el de las viviendas libres, ya sean nuevas o usadas. Las VPO cumplen unas características específicas, como las dimensiones, que oscilan entre los 70 y 90 m2 y el precio máximo de venta o renta, calculado e impuesto por la Administración a través de la “calificación provisional” que se otorga antes del proyecto y la “calificación definitiva”, llevada a cabo tras su finalización.
Existen VPO para comprar y alquilar. No obstante, para poder acceder a la compra o alquiler de un tipo de vivienda protegida será necesario cumplir con unos requisitos mínimos generales y específicos, valorados en función de cada promoción.
Ventajas e inconvenientes de las viviendas de protección oficial
Entre los puntos a favor de las VPO, hay que subrayar su precio, sensiblemente más bajo que el de las libres, además de poder beneficiarse de ayudas financieras que proporciona el Estado y/o las comunidades autónomas, como serían las ayudas a la entrada, préstamos, subsidiación de préstamos, etc.
Como desventajas, hay que tener presente que una vivienda de protección oficial debe destinarse a domicilio habitual del comprador y no puede venderse libremente hasta que no haya pasado un plazo marcado por la administración correspondiente, que suele situarse en torno a los 10 años de media.
Requisitos para adquirir una vivienda de protección oficial
En términos generales, para poder optar a una VPO, los ingresos de los compradores o inquilinos no deben superar unos mínimos establecidos por la Administración. El IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples), un índice empleado en España como referencia para la concesión de ayudas, subvenciones o el subsidio de desempleo, fijado anualmente por el Consejo de Ministros, indica que en 2018 el ingreso máximo de los solicitantes corresponde a 6.454,03 € al año.
Además, existen unos requisitos adicionales marcados por las comunidades autónomas correspondientes:
- No tener una vivienda libre en propiedad.
- Estar inscritos en un registro público de demandantes de viviendas de protección oficial, gestionado por cada región.
- No haber conseguido ayuda en financiación pública de viviendas, en los últimos 10 años.
- No haber recibido una concesión de una VPO con anterioridad, a no ser que se demuestre que se trata de una vivienda inapropiada para las circunstancias familiares o personales.
Otros tipos de viviendas protegidas
Podemos encontrar también otros tipos de viviendas protegidas de régimen especial, las cuales están reservadas a personas con ingresos familiares anuales que no superen en 2,5 veces el salario mínimo interprofesional. También existen las promociones públicas autoconstruidas o viviendas promovidas, cuya construcción está impulsada por el propio beneficiario, que generalmente debe ser propietario del solar en el que se edificará la vivienda.
Por último, existen las viviendas de precio tasado (VPT), que no han sido calificadas como viviendas protegidas, son nuevas o usadas, con más de un año desde su construcción y a las que se puede acceder con préstamos específicos cualificados, ayudas y subvenciones.
En el nuevo Plan Estatal de la Vivienda 2018-2021 recientemente aprobado, se recoge toda la información y especificaciones para acceder a ayudas públicas en el sector de la vivienda y en VPO.
Elegir una u otra opción dependerá de las posibilidades económicas y necesidades de cada uno. Cumplir con la normativa que exigen las distintas administraciones será fundamental para acceder a las VPO, mientras que en el caso de las viviendas libres, nuevas o de segunda mano, distintos aspectos, exigencias y requisitos del comprador, serán los factores que determinarán la elección.