El Colegio relanza la revista colegial 'Otrosí' en formato papel y digital
MADRID, 20 Dic. (EUROPA PRESS) -
Un 71% de los abogados madrileños ha sufrido algún tipo de maltrato en el ejercicio de su profesión, superando las mujeres la media de los casos, y sólo un 13% ha presentado una queja ante el Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM).
Así se desprende de un informe elaborado por el Colegio, junto con la empresa de análisis GAD3, denominado 'I Estudio sobre la situación de la abogacía madrileña', cuyos resultados ofrecen una visión detallada de la vida profesional de los cerca de 75.000 abogados que conforman el mayor colegio profesional de Europa.
El estudio, realizado a través de una encuesta online el pasado mes de junio, aborda temas como el perfil sociolaboral de los abogados, sus condiciones de trabajo, el nivel de ingresos, los desafíos de la conciliación laboral y personal, y el uso de la tecnología en la práctica legal, entre otros.
En rueda de prensa, el decano del Colegio, Eugenio Ribón, y la vicedecana, Isabel Winkels, han subrayado que el compromiso continuo de la institución con el bienestar y el desarrollo profesional de los colegiados hacía necesario tener "una comprensión más profunda y actualizada de las diversas realidades que enfrentan en su vida profesional diaria".
Según Ribón, esta iniciativa nace de la necesidad de obtener una visión clara y actualizada de cómo nuestros abogados enfrentan los desafíos y oportunidades en su práctica profesional.
"Este estudio es crucial, ya que nos permite identificar y entender la amplia gama de prácticas y experiencias dentro de la abogacía madrileña", ha reseñado la vicedecana.
El estudio se incorpora en la revista colegial, 'Otrosí', que ahora cambia por completo de enfoque y aspecto, abriendo una nueva etapa para aumentar su influencia institucional. La revista se editará en formato papel y cada edición contendrá un estudio inédito".
RESTRICCIÓN AL DERECHO DE DEFENSA
Del estudio se desprende que un 71% de los abogados afirma haber experimentado algún tipo de maltrato, descortesía o restricción en el ejercicio del derecho de defensa. Los casos más frecuentes se dan en las áreas de Derecho Constitucional, Penal y Procesal.
Se observa que las mujeres superan la media en términos de casos de este tipo. En cuanto a la edad, el grupo más afectado por este tipo de situaciones se encuentra entre los 36 y 45 años.
Los abogados presentes en despachos han sufrido en un mayor porcentaje maltrato por parte de los tribunales (un 75% de media), no habiendo diferencias apenas según la dimensión del despacho: de los de mayor tamaño a los unipersonales, más de siete de cada diez profesionales denuncia haber pasado por algún tipo de estas situaciones.
Entre aquellos abogados que afirman haber experimentado una vulneración del derecho de defensa, una mayoría significativa destaca las dilaciones en la tramitación de los procedimientos, los retrasos injustificados en la celebración de actuaciones judiciales y el trato desconsiderado verbal y escrito como las vulneraciones más frecuentes.
De los abogados que han sufrido alguna clase de vulneración, un 96% declara haber experimentado dos o más situaciones de este tipo. Mientras los hombres declaran sufrir una limitación indebida de los informes orales en juicio, las mujeres señalan en mayor medida haber experimentado trato desconsiderado verbal o escrito.
Llama la atención que más de la mitad de los abogados que han sufrido vulneración del derecho de defensa (61%) han optado por no hacer nada al respecto, un 29% lo denunciado en redes sociales o en su entorno profesional, un 19% ha presentado una queja en organismos de la Administración de Justicia y solo un 13% ha presentado una queja en el ICAM.
EQUILIBRIO ENTRE TRABAJO Y VIDA PERSONAL
Un 52% de los abogados declara tener algún tipo de dificultad a la hora de conciliar, sobre todo por el exceso en la carga de trabajo. Este porcentaje se incrementa al 58% en el caso de las mujeres y en los profesionales ejercientes. Por edad, a medida que esta aumenta los abogados declaran tener menos dificultades para conciliar.
Por otro lado, los abogados que acuden a los tribunales muestran más problemas de conciliación que los que no lo hacen. En cuanto al tamaño del despacho, es en los despachos grandes donde se presentan las mayores dificultades de conciliación.
Las principales razones que dificultan la conciliación son la excesiva carga de trabajo, la duración de la jornada laboral y la dificultad para establecer límites y desconectar. Los hombres destacan la extensión de la jornada laboral en mayor medida que las mujeres.
Estas últimas, en cambio, señalan la falta de apoyo de políticas públicas que ayuden a la conciliación. Las mayores distancias respecto del resto de grupos entre los abogados jóvenes se dan en relación con la extensión de la jornada laboral y la falta de medidas de flexibilidad relativas al lugar de trabajo.
El estudio del ICAM y GAD3 refleja que, dentro de la gran variedad que existe en la profesión, existe un denominador común: la mayoría de los colegiados en el ICAM ejercen la abogacía en un despacho (el 65%), mientras dos de cada diez (19%) son abogados de empresa, un 8% trabaja en la función pública y el 4% se dedica a la docencia o a la investigación.
DIFERENCIAS ENTRE COLEGIADOS
En este reparto se observan diferencias significativas entre los colegiados ejercientes y no ejercientes. Así, casi la totalidad de los ejercientes (el 84%) desarrolla su profesión en un despacho.
En cambio, en los no ejercientes este porcentaje baja hasta el 36%, otro tercio de estos es abogado de empresa (31%) y uno de cada seis trabaja en un organismo público (16%). El pluriempleo está presente en la profesión, con un 6% trabajando en más de una posición al mismo tiempo.
Respecto a las dimensiones de los despachos, una significativa proporción de abogados ejercientes, el 73%, trabaja en despachos pequeños (38%) o unipersonales (35%), en particular los abogados mayores de 45 años. Atendiendo a la edad, los jóvenes menores de 35 años tienden a trabajar en mayor medida en despachos más grandes (19%).
En la abogacía de oficio, a la que están inscritos un 7% de los colegiados, priman los despachos pequeños (entre 2 y 10 personas) y, sobre todo, unipersonales: En cuanto al régimen laboral, más de la mitad de los abogados/as madrileños (el 52%) trabajan como autónomos.
Entre los ejercientes, esta cifra crece hasta el 68%, mientras que en los no ejercientes se invierte la tendencia: siete de cada diez trabajan como empleado por cuenta ajena (72%).
Un 5% se define como autónomo trabajando para un empleador, lo que conocemos como 'falso autónomo', siendo una situación más frecuente (hasta el 9%) en el caso de colegiados jóvenes ejercientes.
Contrariamente a la media, los abogados juniors, especialmente los menores de 35 años, tienden a inclinarse hacia el empleo asalariado, lo que sugiere un cambio en la tendencia laboral.
Según los datos que arroja el estudio de GAD3, la abogacía madrileña se situaría en la parte alta de la tabla de las profesiones, de media, mejor remuneradas. Los abogados madrileños, en promedio, ganan unos 45.700 euros brutos anuales, con un 52% superando los 40.000 euros anuales.
No todos los distritos de Madrid son iguales: los colegiados con ingresos más elevados se concentran en áreas acomodadas en el centro y norte de la capital. Pero las diferencias en el nivel de ingresos no varían solo según la ubicación, también hay variaciones en función de cómo y en qué destino profesional se ejerce la abogacía.
Los colegiados de empresa son quienes más ganan de media (53.000 euros brutos anuales), seguidos por aquellos que trabajan en un organismo público (46.000 euros brutos anuales) y, en tercera posición, los que trabajan en despachos (43.600 euros/año).