Colegio de Abogados de Madrid.- El ICAM crea su propio museo para preservar el legado de la abogacía madrileña

MADRID 19 Sep. (EUROPA PRESS) -

La sede del Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) en la calle Serrano 9 albergará un museo histórico para preservar y exhibir el legado cultural y profesional de la abogacía madrileña.

Así lo ha anunciado hoy el Colegio de la Abogacía de Madrid, que ha hecho un llamamiento a todos sus miembros para que puedan contribuir a enriquecer al patrimonio del museo con la donación de objetos históricos relacionados con el ejercicio de la profesión.

El museo, que estará alojado en la primera planta del edificio colegial, contará con una colección de objetos históricos como togas, birretes, insignias y otros elementos representativos de la actividad jurídica.

El objetivo es ofrecer un recorrido por la evolución de la profesión, sirviendo tanto de inspiración para los abogados actuales como de fuente de conocimiento para las futuras generaciones.

"La creación de este museo es un hito largamente anhelado. El Museo ICAM honrará a quienes nos han precedido y conservará el legado que tantos abogados y abogadas han construido a lo largo de los siglos. Pero este proyecto no es solo una ventana hacia el pasado; es una herramienta para inspirar a las generaciones presentes y futuras", explica el Decano del ICAM, Eugenio Ribón.

Para enriquecer la colección del museo, el ICAM ha lanzado una convocatoria a todos sus colegiados, invitándoles a donar objetos con valor histórico relacionados con la abogacía, siempre que tengan una antigüedad anterior a 1984. Los donantes, quienes serán registrados como benefactores del museo, podrán entregar sus contribuciones de manera presencial en la Biblioteca del Colegio en los horarios establecidos.

"El Museo ICAM es una oportunidad para que todos los colegiados contribuyan a preservar nuestra memoria colectiva. Con sus donaciones, ayudarán a construir un legado que será una fuente de orgullo y un faro de inspiración para las próximas generaciones", concluye Ribón.