MADRID 17 Sep. (EUROPA PRESS) - El Colegio de la Abogacía de Madrid ha celebrado este martes en el Palacio de Cibeles la solemne ceremonia de jura de nuevos letrados, un evento que marca el inicio de la trayectoria profesional de los 200 jóvenes abogados y abogadas que, a partir de hoy, se integran formalmente en la práctica jurídica.
En presencia de centenares de asistentes que han abarrotado la Galería de Cristal del Ayuntamiento, los jóvenes han formalizado su compromiso con la defensa de los derechos, las libertades y el respeto a los valores que constituyen la esencia de la Abogacía mediante el acatamiento del ordenamiento jurídico en un acto conducido por el secretario de la Junta de Gobierno del ICAM, José Ignacio Monedero.
En su discurso de apertura, el decano del ICAM, Eugenio Ribón ha destacado la relevancia de este acto de carácter constitutivo para adquirir la condición plena de abogado.
"La declaración pública que van a realizar no es formulismo, sino una acción personalísima que tendrá importantes alcances jurídicos y morales en sus vidas. En el instante en que, acompañado de su padrino se acerquen al libro Magno, comenzará su transformación", ha señalado.
"Un vínculo más fuerte, suplementario e indisoluble les unirá a los preceptos a los que se someten. Acatarlos no será suficiente, porque tras la jura, ustedes habrán dejado de ser ciudadanos normales para formar parte de la congregación de la abogacía, de la agrupación de los defensores de la ley, de la fraternidad que ejerce la sagrada labor de pedir justicia", ha agregado.
A lo largo del evento, al que han asistido autoridades del ámbito de la justicia y la abogacía institucional, se ha puesto especial énfasis en los principios éticos y en los valores que deben guiar el ejercicio de la profesión. Así, a cada uno de los jurandos se les ha entregado una carta escrita por el decano, en la que se recogen 17 principios clave para desarrollar una carrera exitosa, larga y satisfactoria en la abogacía.
CONFIANZA, INTEGRIDAD Y RESPETO
En dicha misiva, Eugenio Ribón destaca valores fundamentales como la confianza en los demás, la integridad y la amabilidad, exhortando a los nuevos abogados a elegir siempre el lado correcto de las disputas.
"Ser buen abogado empieza por ser buena persona", afirma el decano, destacando la integridad como el mayor tesoro que un abogado puede poseer. "Un abogado sin honestidad es una tragedia para la sociedad", sostiene, dejando claro que el éxito de un letrado no debe medirse únicamente por los casos ganados, sino por su compromiso con principios que trascienden el mero resultado de una disputa", apunta.
Ribón también anima en su carta a los nuevos abogados a resistir las tentaciones de atajos o concesiones morales, insistiendo en que "el fin nunca justifica los medios"; y que es preferible perder un caso con honor que ganar traicionando los principios éticos.