El estudio recoge las respuestas de más de mil profesionales de diferentes edades
MADRID, 22 Jul. (EUROPA PRESS) -
La ansiedad es cada vez más común entre los abogados madrileños. En concreto, seis de cada diez letrados sufren esta patología mientras casi la mitad del colectivo padece fatiga y pensamientos deprimentes, según se desprende del I Estudio sobre salud mental de la abogacía madrileña, elaborado por el Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) a través de la Fundación ICAM-Cortina.
Durante la presentación, el decano de los abogados madrileños, Eugenio Ribón, ha subrayado que el trabajo busca sensibilizar y concienciar en este ámbito y buscar medidas para afrontar estos problemas.
Según Ribón, el estudio no solo revela datos cruciales sobre el estado de bienestar de estos profesionales para actuar de forma efectiva, sino que marca "un hito en la misión de romper el tabú hacia la salud mental presente en la profesión".
El sector de la abogacía ha sido siempre reticente a abordar de manera abierta los efectos que la ansiedad, el estrés o la falta de desconexión generan en su bienestar mental y emocional.
Según el informe, más de la mitad de los letrados percibe una apertura y normalización hacia el discurso del bienestar mental. El 30% afirma, además, haber notado un aumento de la conciencia dentro de su despacho hacia esta cuestión y dos de cada diez confiesan sentirse más capaces de hablar de sus problemas personales en el entorno laboral.
El estudio, que nace con el objetivo de conocer el nivel de bienestar mental, psicológico, emocional y físico de los colegiados madrileños, recoge las respuestas de más de mil profesionales de diferentes edades y que ejercen en todo tipo de bufetes: desde firmas unipersonales hasta asesorías jurídicas de empresa o grandes bufetes.
"Hasta el momento existían muy pocas evidencias sobre esta problemática. Nuestra profesión y el modo en que es ejercida por la mayoría de los profesionales, entre los que me incluyo, la hace una profesión compleja y de alto riesgo desde la óptica del bienestar. Los niveles constantes de estrés, los plazos improrrogables, la necesidad de captar nuevos clientes y la naturaleza individualista de nuestra labor crean una tormenta perfecta para descuidar nuestro bienestar", afirma Eugenio Ribón, decano del ICAM.
A partir de los datos recopilados en el trabajo de campo, se infiere un cambio de mentalidad especialmente presente entre las mujeres y los más jóvenes. Son estos dos colectivos los que muestran una visión más abierta frente a este debate y a los que menos afecta el estigma que suele asociarse a los que comparten su situación.
Del mismo modo, los letrados de grandes bufetes de la capital son más partidarios de hablar con normalidad sobre salud mental frente a sus compañeros que ejercen en firmas unipersonales, que se muestran mucho más reticentes. El tabú, aunque aún presente, se está rompiendo.
DIAGNÓSTICO Y DESESTIGMATIZACIÓN
Aunque son diversos los motivos que alimentan el tabú, hay uno que destaca sobre el resto: el miedo a que hablar de ello les pueda generar un impacto negativo en su trayectoria profesional u oportunidades laborales.
Cuatro de cada diez letrados confiesan tener este temor. Muy en esta línea, otra razón mencionada es la falta de confianza de que vayan a recibir una respuesta adecuada (20%), mientras un porcentaje similar admite haber compartido esa información en su despacho sin obtener ningún apoyo o ser este insuficiente.
Otras explicaciones dadas por los letrados para evitar hablar sobre salud mental son el temor a ser tratado de forma diferente, que los compañeros y los superiores resten importancia al asunto y el miedo a no ser creído o tomado en serio.
El primer paso para extinguir el estigma que rodea este fenómeno en el ámbito de la abogacía es recabar un diagnóstico detallado y generalizado, que abunde tanto en los síntomas como en las causas que generan los principales problemas de índole psicológico y emocional que afectan a los profesionales de la abogacía.
"De ahí el gran valor de este estudio que hemos realizado: no solo se trata de visibilizar, sino de conocer con la certeza de los datos el impacto real de todo ello para poder actuar de forma efectiva y, desde el Colegio, ofrecer soluciones a nuestros colegiados y colegiadas", apunta el decano.
ANSIEDAD, FATIGA Y ALTERACIONES EMOCIONALES
Según refleja el sondeo, la ansiedad es uno de los síntomas más presentes entre los letrados, y más de seis de cada diez (el 66%) dicen haberla sufrido en el último año.
Del mismo modo, casi la mitad han experimentado en algún momento fatiga, pensamientos negativos y deprimentes y alteraciones emocionales en los 12 meses previos a la encuesta. A la hora de analizar la causa principal del malestar, los letrados destacan de forma especial la incapacidad para poder descansar y desconectar del trabajo.
En segundo lugar, se encuentra la presión para trabajar largas horas, seguido de la falta de herramientas para administrar eficazmente el tiempo, la incapacidad para conciliar, la ausencia de reconocimientos o valoración del t rabajo por parte de sus empleadores, la presión para cumplir con los objetivos (horas facturables, captación de clientes, etcétera) y la falta de claridad sobre lo que se espera de ellos en el trabajo.
"En mi trayectoria, he visto cómo colegas brillantes y dedicados se han visto abrumados por la carga de trabajo, los plazos inamovibles y la presión por cumplir con las expectativas de los clientes", relata la decana del ICAM, Isabel Winkels.
Conoce de primera mano historias de ansiedad, agotamiento y una profunda sensación de soledad, especialmente entre aquellos que trabajan en despachos unipersonales o en estructuras laborales complejas. "Estas experiencias no son aisladas; son una realidad compartida por muchos en nuestra profesión y que, por fin, este estudio cuantifica y visibiliza para avanzar en las soluciones", lamenta.
La presencia de estos síntomas lleva a los letrados a evaluar su trabajo como un elemento nocivo en su vida. La mitad de ellos considera que la profesión impactó de manera negativa o extremadamente negativa en su estado mental y psicológico. En la misma línea, cerca de la mitad de los encuestados indican que su estilo de trabajo les impide pasar tiempo con su familia y amigos.
Para algunos (cerca del 25%), la situación es tan crítica que se han planteado dejar la profesión para buscar otro empleo u opositar. Un porcentaje similar, además, se ha sentido en algún momento incapaz de desempeñar su trabajo y cuatro de cada diez han pensado darse un descanso, aunque luego no lo han hecho.
MUJERES Y JÓVENES, LOS MÁS ESTRESADOS
Aunque los síntomas de malestar psicológico son una realidad generalizada en el sector, estas sensaciones suelen ser más frecuentes entre las mujeres y, en especial, los más jóvenes.
Así, el estudio muestra que ambos colectivos tienden a sentirse más intranquilos, duermen peor y sufren tasas más elevada de estrés y ansiedad.