Actualizado: martes, 28 noviembre 2017 15:41

BILBAO 28 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia de Bizkaia ha condenado a un hombre a tres años y medio de prisión por un delito de lesiones tras agredir a su exsuegro, al que le cortó parte de uno de los dedos de la mano y le realizó varios cortes en la oreja.

Los hechos ocurrieron el pasado 31 de marzo en Bermeo cuando el hombre se encontró con su exsuegro e iniciaron una discusión por motivos que se desconocen.

La Audiencia considera hechos probados que el condenado, "con ánimo de atentar contra la integridad física" de su exsuegro, procedió a golpearle en varias partes de su cuerpo y con una navaja le hizo dos cortes en la oreja izquierda y le seccionó completamente la parte distal de uno de los dedos de la mano.

En el transcurso de la agresión, apareció el hijo del exsuegro, al que el condenado empujó, por lo que cayó al suelo sin que sufriera lesiones. La Audiencia indica, por otra parte, que no consta acreditado que padre e hijo golpearan al acusado "con ánimo de atentar contra su integridad".

El exsuegro del condenado sufrió diversas lesiones, que precisaron de 40 días para su curación, uno de ellos en el hospital. Entre las secuelas de la agresión se encuentran la amputación de la falange distal del tercer dedo de la mano derecha, además de cicatrices en la oreja.

En la sentencia se señala que estos hechos probados son constitutivos de un delito de lesiones con deformidad, pérdida o inutilidad de miembro no principal, tipificado en el artículo 150 del Código Penal.

La Audiencia indica que las versiones son contradictorias y que el único acusado por delito asegura que cuando se encontró con padre e hijo y el primero de ellos le dijo que le iba a matar y con un bate de béisbol le lanzó un golpe que esquivó. Posteriormente, según su versión, pegó a su exsuegro que cayó al suelo y, cuando le iba a ayudar, su hijo le dio un golpe en la espalda, por lo que salió corriendo. El condenado niega haber cortado parte de un dedo de la mano a su exsuegro.

La sentencia indica que las pruebas corroboran las declaraciones de padre e hijo y señala que hay testigos que vieron cómo el hombre cortó parte de un dedo a su exsuegro e incluso lo cogió del suelo mientras decía "ya tengo el dedo, no lo va a recuperar, les voy a matar a todos".

A la vista de los hechos, la Audiencia condena al hombre a una pena de tres años y seis meses de prisión. Además, atendida la gravedad de los hechos y la cercanía de domicilios del agresor y el agredido, y las malas relaciones existentes debido a la separación de la hija del
agredido, le impone la pena de prohibición de acercarse al perjudicado a una distancia inferior a 200 metros. Además, deberá indeminizar a su exsuegro con 10.150 euros más los intereses legales.

La sentencia, que puede recurrirse en casación ante el Tribunal Supremo, decreta la libre absolución del padre y su hijo ya que el ministerio fiscal, que inicialmente había dirigido una acusación contra ellos, solicitó su absolución en las conclusiones definitivas. Además, asegura que la prueba practicada no permite deducir que agredieran al condenado.

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