BILBAO 30 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia abrirá al público este miércoles, 1 de noviembre, en el Parque de Doña Casilda de Bilbao una exposición itinerante con la que pretende sensibilizar a la población sobre el buen uso de las redes de saneamiento y la correcta gestión de algunos residuos de uso común, como toallitas húmedas de higiene personal, medicamentos o aceites usados de cocina.
Según ha explicado en un comunicado, esta nueva iniciativa del Consorcio vizcaíno busca dar continuidad a la campaña puesta en marcha el pasado año bajo el lema 'No alimentes al monstruo'.
Su objetivo es "promover una mayor concienciación social que derive en prácticas y usos más responsables, a partir de la base de que el wc no es un cubo de basura, no lo absorbe todo y que, en definitiva, la ciudadanía, además de ser corresponsable del problema generado, también tiene en sus manos una parte importante de la solución, que pasa por modificar los hábitos incorrectos".
La exposición organizada por el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia cuenta con la colaboración de la red de entidades públicas de aguas de Euskadi y está coordinada por Aclima, el Clúster de Medio Ambiente de Euskadi.
La carpa permanecerá abierta al público en Bilbao, hasta el domingo, día 5, en horario continuado de 10.00 a 20.00 horas el miércoles, sábado y domingo, mientras que el jueves y viernes estará abierta de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00 horas. La entrada será libre.
La muestra se trasladará a la localidad guipuzcoana de Irún el 19 de noviembre, coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Saneamiento. Posteriormente, la muestra se podrá visitar también en Vitoria y San Sebastián.
La exposición cuenta con una decena de paneles en los que "se aborda de forma sencilla y participativa" el ciclo integral del agua, el problema del uso de retrete "como cubo de basura" y el mantenimiento de la red de saneamiento, con un tratamiento pormenorizado del vertido por el wc o la fregadera de las toallitas húmedas, restos de comida, contaminantes emergentes (medicamentos y tóxicos del hogar) y grasas y aceites", han explicado desde el Consorcio.
El público, han relatado, "podrá localizar su hogar tanto en los sectores de la red de abastecimiento como en los sistemas de saneamiento, podrá sentarte en un retrete y comprobar la diversidad de residuos sólidos que, de forma incorrecta, vertemos por él cada día, y podrá experimentar con diferentes tipos de toallitas y papel higiénico húmedo, y constatar las enormes dificultades de este producto para degradarse".
Del mismo modo, se ha habilitado una zona de juego interactivo para componer puzzles, calcular diámetros reales de los tubos de la red de sanemaiento, o distribuir pequeños imanes por el cuerpo humano, que representan "los contaminantes emergentes que se pueden ir acumulando en el organismo, fruto de ser el último eslabón de la cadena trófica".
La exposición se completa con algunos vídeos breves sobre toallitas de higiene personal, aceites y contaminantes emergentes, con el objetivo de acercar a la población "una problemática en aumento y que es bastante desconocida para la mayoría", ha señalado el Consorcio.
Sus responsables han advertido de que, en función de estudios recientes, "cada persona echa al año un kilo de toallitas húmedas por el retrete, que no se degradan y provocan graves atascos" en la redes y sistemas de saneamiento de ciudades de todo el mundo.
Según han explicado, dos de cada tres atascos en la red son causados por productos higiénico-sanitarios, que, al ser residuos sólidos, deben depositarse en la basura.
3,5 MILLONES DE LITROS
La exposición reserva espacio a los que se conocen como contaminantes emergentes, compuestos químicos procedentes de los hogares que se incorporan a la cadena trófica y se acumula finalmente en el cuerpo humano.
"Estos contaminantes los vertemos por el retrete o la fregadera y terminan en el mar, bien involuntariamente --a través de la orina, heces, jabones, etc-- o bien voluntariamente, al desprendernos de productos sobrantes o caducados, como medicamentos, pinturas, barnices o disolventes, que en ningún caso deberían verterse en la red de saneamiento", ha alertado el Consorcio vizcaíno.
Estudios recientes realizados por el propio Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia cifran en 1,6 millones de euros el coste anual para tratar en las depuradoras los aceites usados de cocina que se vierten por el fregadero o el wc --con una media de 3,5 millones de litros al año en Bizkaia-- y que pueden ocasionar "un importante impacto ambiental" si llegan al medio natural, además de problemas de funcionamiento en las redes de saneamiento, con "atascos y desbordamientos por las llamadas 'bolas de grasa'".