BILBAO, 19 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Ertzaintza ha desarticulado un grupo criminal dedicado al expolio arqueológico del Cinturón de Hierro en Bizkaia y Álava dentro de una operación que ha culminado con tres personas investigadas, acusadas de un presunto delito contra el Patrimonio Histórico vasco.
Según ha informado el Departamento vasco de Seguridad, se han recuperado así un elevado número de vestigios históricos y ocupado los detectores de metales y herramientas presuntamente utilizadas por los investigados para desenterrar ilegalmente estos restos. Además, las investigaciones practicadas han permitido localizar y desactivar una granada de la Guerra Civil que uno de los investigados había encontrado y cuyo hallazgo no había comunicado.
Las investigaciones comenzaron a principios de junio, tras la interposición de una denuncia en la comisaría de Vitoria por responsables de la Dirección de Patrimonio Cultural del Gobierno Vasco por un presunto delito de expolio arqueológico.
En la denuncia se ponía en conocimiento de la Ertzaintza la existencia de una cuenta en una conocida red social en la que se publicaban, "de manera ostentosa", numerosas fotografías y vídeos en los que varias personas realizaban prospecciones con detectores de metales en terrenos, cuevas, estructuras de la Guerra Civil, etc.
Una vez localizado el objeto metálico, los presuntos autores de los hechos realizaban catas con herramientas de excavación y desenterraban todo tipo de restos metálicos para quedárselos, a modo de coleccionismo.
Debido a la complejidad y gravedad de los hechos, esta denuncia fue asumida por agentes especializados en la investigación de delitos contra el Patrimonio Histórico pertenecientes a la Sección Central de Investigación Criminal y Policía Judicial de la Ertzaintza, concretamente de las Secciones de Medio Ambiente y Urbanismo y de Patrimonio.
Las investigaciones practicadas en la cuenta denunciada remitieron a otros perfiles de otras redes sociales administrados por las mismas personas investigadas, cuentas creadas única y exclusivamente para difundir públicamente sus presuntas actividades ilegales. El análisis de todo este material audiovisual permitió a los investigadores recabar indicios de la existencia de un grupo criminal dedicado al expolio de numerosos restos de interés histórico y arqueológico como balas, casquillos, fragmentos de obuses, placas identificativas, monedas, medallas, hebillas, relojes, etc.
Estas evidencias metálicas de carácter militar y personal, unido a la identificación de algunos de los lugares presuntamente expoliados como posibles escenarios de la Guerra Civil, llevó a los investigadores de la Ertzaintza a sospechar que pudieran corresponderse con actos de expolio del Cinturón de Hierro y defensas de Bizkaia y Álava, que desde 2018 está protegido como Bien Cultural con la categoría de Conjunto Monumental por el Gobierno Vasco y donde está expresamente prohibida la utilización de detectores sin la autorización correspondiente.
Además, en el transcurso de estas investigaciones se detectó la publicación en las redes sociales de una de las personas investigadas de varias fotografías y de un vídeo en los que mostraba imágenes explícitas del hallazgo en el interior de una cueva de un objeto con apariencia de tratarse de una granada, que incluso había manipulado de manera imprudente para el "posado" fotográfico.
Los expertos de la Unidad de Desactivación de Explosivos de la Ertzaintza (UDE), dictaminaron que el objeto que aparecía en las imágenes se correspondía "de forma clara e indubitada" con una granada de mano de las utilizadas en la Guerra Civil, que se encontraba muy deteriorada, y a la que calificaban como "muy peligrosa". Tras realizar las comprobaciones oportunas, también se pudo acreditar que este hallazgo no había sido comunicado al 112-SOS Deiak, ni a la autoridad competente.
Las investigaciones realizadas permitieron determinar que esta granada permanecía en el mismo sitio en el que fue encontrada, en una cueva sita en el monte Oba de la localidad vizcaína de Dima. Ante la gravedad de estos hechos y el riesgo que suponía para la integridad de las personas, la Sección Central de la Ertzaintza planificó y lideró un operativo policial al que se denominó 'Eztanda', en la que también colaboraron agentes del Servicio de Investigación Territorial de Bizkaia (SICTB) y de la UDE.
La operación se materializó el pasado 9 de junio y se articuló en dos fases. En primer lugar, los investigadores y los desactivadores se trasladaron a la cueva de Dima, donde los técnicos procedieron a la inertización controlada de la granada. A continuación, se realizó una entrada y registro en una nave sita en Ugao-Miraballes, donde se ocuparon detectores de metales, herramientas de excavación y las evidencias arqueológicas de la Guerra Civil, pero también una colección de monedas de diversas épocas, utensilios, herramientas, etc.
Las diligencias policiales serán remitidas al Juzgado de Instrucción n 6 de Bilbao, que se encarga de las investigaciones, y los restos ocupados serán enviados al Servicio de Patrimonio Cultural de la Diputación Foral de Bizkaia, para la realización del correspondiente informe pericial que determine la naturaleza, origen e importancia histórica y cultural de las piezas expoliadas.
CONSEJOS
Desde la Ertzaintza se ha recordado que la Ley de Patrimonio Cultural Vasco prohíbe cualquier intervención arqueológica sin autorización de la Diputación, así como el uso de detectores de metales en Bienes Culturales como el Cinturón de Hierro y defensas de Bizkaia y Álava, por lo que se solicita que, ante la mínima sospecha, se comunique al 112 cualquiera de estas situaciones. Ante el hallazgo casual de restos arqueológicos por parte de un particular no se deben recoger, sino que se debe informar inmediatamente al Ayuntamiento o a la Diputación, para que procedan a la recogida de los vestigios con metodología arqueológica.
Por último, también se recuerda la obligación de cualquier persona de comunicar inmediatamente al 112 el hallazgo casual de cualquier artefacto de la Guerra Civil, ya que a pesar del tiempo transcurrido su potencialidad lesiva continúa activa.
En este sentido, ha recordado que en 2014 un particular sufrió la amputación de una pierna mientras desactivaba uno de los 400 obuses de la Guerra Civil que tenía almacenados en su caserío de Muskiz (Bizkaia) o que en 2021 otro ciudadano resultó gravemente herido en su casa de Okondo (Álava) mientras manipulaba una granada similar a la que se ha conseguido neutralizar en esta operación.