Publicado: jueves, 25 agosto 2022 11:26

Dice que no se ha detectado ningún caso de sumisión química en los 'pinchazos' registrados en últimas semanas

BILBAO, 25 Ago. (EUROPA PRESS) -

El consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, ha afirmado que, por el momento, no se han dado "problemas de seguridad particularmente preocupantes" en las fiestas de Bilbao, y ha explicado que, en 'pinchazos' que se han dado durante las últimas semanas en Aste Nagusia, no se ha detectado ningún caso de sumisión química.

En una entrevista concedida a Radio Popular-Herri Irratia, recogida por Europa Press, Erkoreka ha destacado que durante la Aste Nagusia de Bilbao, hasta ahora, no ha habido "problemas de seguridad particularmente preocupantes", sino que "ha habido lo que, por regla general, se suele dar en una ciudad como Bilbao", teniendo en cuenta su dimesión y la congregación de personas.

Según ha explicado, estadistícamente lo que más destacan son los hurtos, que "seguramente en un porcentaje son pérdidas de objetos", y le siguen en importancia los robos con violencia o intimidación, mientras que "estadísticamente muy por detrás" se encuentran los posibles 'pinchazos' y "no muchos" casos de abuso sexual. También se investiga una presunta agresión sexual.

En lo que respecta a esos casos de 'pinchazos', ha indicado que "hoy por hoy el fenómeno que se está viviendo en el último mes no tiene nada que ver con la sumisión química". Según ha apuntado, "hay casos que parecían de pinchazo, pero que no lo han sido", en función de la exploración médica, y otros "pinchazos contrastados", pero que en la analítica no se detectan sustancias químicas inoculadas.

"Es un fenómeno extraño que no sabemos a exactamente a qué responde, quién lo promueve y con qué finalidad. Casos de pinchazos asociados a sumisión química no hemos detectado ninguno", ha reiterado Josu Erkoreka, que, en todo caso, ha lamentado que es una situación "muy incómoda" para las mujeres porque "transmite miedo, limita su libertad, les hace autocontenerse y dejar de disfrutar de parte de la fiesta".

Además ha indicado que, aunque los recintos festivos están "muy vigilados" y las chicas "rara vez van solas", no hay "ni un solo caso de alguien que haya visto a otro pinchar a una mujer ni tampoco hay una cámara".

En este marco, ha apuntado que se trata de un fenómeno al que se le "presta atención" y ante el que se aplican los protocolos establecidos, pero que "tampoco inquieta demasiado"

Por otro lado, preguntado por la advertencia del alcalde de Bilbao, Juan María Aburto, sobre el hecho de que algunas de las personas detenidas por delitos en las fiestas son delicuentes reincidentes a los que se pone en libertad, el consejero ha manifestado que "es un asunto no lo podemos resolver los responsables de Seguridad" porque "la legislación está así".

"Se hace lo que se puede", ha señalado Erkoreka, que ha admitido que "mina" la moral de los agentes que hacen un "esfuerzo importante" por detener al ladrón y ven que "entra por una puerta y sale por la otra".

LA LLAMA DE LA CONFRONTACIÓN

Por otro lado, ha lamentado que, aunque es "cada vez más minoritario, todavía un cierto colectivo mantiene la llama de la confrontación con las instituciones, y esto reviste una animadversión a la Ertzaintza como si fuera una especie de símbolo de la presión que las instituciones ejercen sobre la ciudadanía".

Según ha censurado, "se cultiva eso y se intenta traducir en actuaciones de acoso" como algunos casos conocidos este verano en Mutriku, Getxo y Vitoria, que "afortunadamente no han prosperado más y no han tenido un desarrollo posterior que sea motivo de preocupación".

"Pero ahí está. Hay gente que está dispuesta todavía a mantener ese tipo de planteamientos con algunos colectivos que están cumpliendo una misión pública de primer orden, mantener la seguridad", ha señalado en referencia algunos de los mensajes de los que han sido objeto la Ertzaintza para excluirles de las fiestas y que cree que son similares a "lo que hacían los nazis con los judíos".

En este sentido, ha subrayado que, en todo caso, la experiencia es "mayoritariamente la contraria, de acogida, de buen tono, de respetar y admirar incluso, y agradecer la labor que están haciendo" los agentes de la Ertzaintza.

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