El compositor vizcaíno estrena en el cementerio una obra inspirada en un poema de Ángel Gónzalez y la donostiarra da un recital al aire libre
BILBAO, 25 May. (EUROPA PRESS) -
El compositor vizcaíno Fernando Velázquez (Getxo, 1976) y la pianista donostiarra Judith Jáuregui (San Sebastián, 1985) actuarán este viernes y el domingo, respectivamente, en la décima edición del festival de música clásica "Música en Segura", que se celebra en la localidad jienense Segura de la Sierra desde este jueves.
Velázquez dirigirá, en estreno absoluto, un encargo del propio certamen cuya interpretación se llevará a cabo en el cementerio de Orcera (Jaen), una de las localidades de la zona que alberga la programación de conciertos.
Se trata de una composición inspirada en el poema de Ángel González del mismo título 'Quinteto Enterramiento para cuerdas en cementerio y piano rural', y cuya interpretación correrá a cargo del cuarteto de cuerdas de Cremona y del pianista Kit Armstrong.
Junto a la obra compuesta por el compositor vizcaíno, el recital se completará con la interpretación de la pieza 'Quinteto para Piano op. 14', de Saint-Sans. El concierto dará comienzo a las 18.30 horas y las entradas cuestan 12 euros.
Ya el domingo, será el turno de la pianista donostiarra Judith Jáuregui, quien ofrecerá en la Era de Moralejos, a partir de las 11.00 horas, un recital al aire libre, en plena naturaleza y gratuito en el que, sola al piano, interpretará piezas de Schubert, Schumann, Listz y Brahms.
Tal y como han explicado desde la organización, el conjunto de piezas elegidas para este recital "encuentran en la naturaleza un lugar perfecto para la inspiración".
Schubert "es campo, es agua, es 'el caminante', mientras que Brahms escribió sus últimas obras en sus veranos en las montañas". A su vez, la selección de Liszt "invita a los sueños y al recogimiento que el silencio y la paz de la naturaleza obsequian".
Segura de la Sierra, situada a 1.200 metros de altitud, se encuentra en pleno Parque Natural de Cazorla, en Jaén. Con 140 habitantes, se ha convertido desde hace diez ediciones en un "inusual punto de encuentro" entre escenarios rurales poco habituales para conciertos de música clásica, sus propios habitantes y el público que acude a los recitales de este festival, cuyo director es Daniel Broncano.