La directora del Instituto Gogora afirma que ese balance demuestra que la búsqueda de víctimas sigue siendo "un capítulo abierto"
BILBAO, 2 Ago. (EUROPA PRESS) -
Gogora, el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, ha recogido 125 muestras para el banco de ADN de personas y familiares desaparecidos durante la Guerra Civil en Euskadi dentro de la campaña de ampliación de rastros genéticos para su análisis a cargo del equipo de Biomics de la UPV-EHU, cuyos resultados han sido presentados este miércoles en la sede del instituto en Bilbao.
La campaña dio inicio a finales de marzo y las muestras recogidas a voluntarios que buscan a sus familiares corresponden a 44 hijos, 22 hermanos, 11 nietos, 32 sobrinos y siete sobrinos nietos. El 54,7% de las huellas genéticas (64) se han recogido en Bizkaia, cerca del 30% (35) proceden de Gipuzkoa; diez (el 8,5%) DE Álava y el resto (ocho) de otros territorios, como Navarra, Burgos y Cantabria.
La recopilación de evidencias se ha llevado a cabo mediante extracciones de saliva y se ha centrado en el rastreo y análisis de los linajes paternos a partir del cromosoma 'Y', al ser mayoritariamente varones quienes perecieron y desaparecieron durante la confrontación bélica y la posguerra.
Según ha indicado la catedrática de Bilogía Celular de la UPV-EHU e investigadora principal del laboratorio Biomics, Marina Martínez de Pancorbo, ninguna de las muestras recogidas a familiares ha determinado coincidencia alguna con ninguno de los restos humanos exhumados con los que han sido contrastados.
El rastreo partía de la exhumación de un total de 39 fosas en todo el tercio norte de la península, de las que se extrajeron 363 restos humanos. Al 90% de esos restos se les ha podido sacar perfiles genéticos disponibles para poder ser cotejados con las muestras de los familiares solicitantes.
De esos 363 restos, en la actualidad han sido identificado 90, otros 110 están en proceso de análisis y otros 164 permanecían sin identificar. En Euskadi se han exhumado 89 restos humanos, cuatro de ellos en la primera mitad de este año.
CAMPAÑA ABIERTA
La directora del Instituto Gogora, Aintzane Ezenarro, ha indicado, durante la presentación de los resultados de la campaña, que la recogida seguirá "abierta" porque el ADN extraído queda en la base de datos de Biomics, y a medida que se sigan localizando restos "se irán contrastando con las ya existentes en el banco porque el AND no cambia".
Martínez de de Pancorbo ha precisado que la identificación tiene más posibilidades de ser factible en función de la presencia de familiares con vínculos de parentesco "lo más próximos posible" y se alejan con el paso del tiempo, de ahí "la importancia de reunir muestras de familiares lo antes posible".
La investigadora ha adelantado que, para la segunda fase del proyecto, se van a comenzar a estudiar y analizar también los linajes por vía materna.
UNA REALIDAD SIN CERRAR
Para Ezenarro, la respuesta a esta campaña evidencia que esto "no es solo una recogida de ADN, sino la realidad de un capítulo sin cerrar en este país y esta iniciativa supone también "el reconocimiento de la injusticia padecida por aquellas víctimas a las que sus familiares no han olvidado 80 años después".
La directora de Gogora ha reconocido ser conscientes de que va a resultar "difícil" identificar todos los restos y "prácticamente imposible encontrar a todos los desaparecidos porque este país y su orografía han cambiado mucho en estas décadas".
Sin embargo, ha transmitido a los familiares asistentes a la presentación del balance de la campaña que, "si somos capaces de dar con unos pocos, habrá merecido la pena porque les habremos devuelto la dignidad, tanto a ellos como a sus familias".
Ezenarro ha concluido su intervención afirmando que "en 2017, todavía en el País Vasco sigue habiendo centenares de desaparecidos que siguen siendo buscados por sus familias y esta campaña muestra que esa búsqueda sigue ahí y nuestra labor es tratar de encontrarlos en la medida de nuestras posibilidades".