VITORIA 8 May. (EUROPA PRESS) -
La Guardia Civil se ha incautado de 500 kilos de cocaína que se hallaban ocultos entre los sacos que contenían un abrasivo industrial enviado desde Brasil al Puerto de Santurtzi, en Bizkaia, y cuyo destinatario final era una empresa alavesa. Con este operativo, en el que no ha habido detenciones, se ha evitado la circulación en el mercado ilícito de más de dos millones de dosis de cocaína valoradas en más de 40 millones de euros.
En una comparecencia ante los medios de comunicación celebrada en el acuartelamiento de Sansomendi de la capital alavesa, la portavoz del intituto armado en el País Vasco, Elsa Expósito, ha explicado que en la operacion policial, denominada 'Esméril', agentes de la Guardia Civil se incautaron de la sustancia estupefaciente en las instalaciones de la empresa encargada del transporte, en el polígono de Júndiz, antes de que se procediera a la descarga de la mercancía del contenedor.
Los efectivos de la benemérita no han practicado detenciones al no acudir ninguna persona a retirar la droga del interior del contenedor. Expósito ha explicado que se trata del habitual método de ocultación de la sustancia estupefaciente conocido como 'gancho perdido', consistente en la introducción de la droga en contenedores camuflada entre la carga legal declarada, sin conocimiento de las empresas exportadoras ni importadoras.
En este sentido, ha señalado que, con la intervención de esta droga, se ha evitado la circulación en el mercado ilícito de más de dos millones de dosis de cocaína valoradas en más de 40 millones de euros. Esta incautación de cocaína es la segunda en importancia desarrollada en Álava, tan solo superada por la operación 'Flower Power' de diciembre de 2009, en la que la Guardia Civil se incautó en este territorio de más de dos toneladas de este tipo de droga.
MODUS OPERANDI
Las grandes organizaciones criminales utilizan las rutas internacionales de transporte de mercancías para mover la droga por todo el mundo. Para ello, solo es necesario que un miembro de la organización pueda acceder al contenedor de origen de algún puerto de Sudamérica o América Central, y dejar que el transporte llegue a España, donde la banda espera un descuido en la vigilancia de la mercancía antes de que llegue a su destino final para proceder a la extracción de la droga.
La Guardia Civil ejerce competencias relativas al resguardo fiscal del Estado y las actuaciones encaminadas a evitar y perseguir el contrabando en estrecha colaboración con el Servicio de Vigilancia Aduanera (DAVA), dependiente de la Agencia Tributaria.
Como consecuencia de estas atribuciones, el instituto armado cuenta con especialistas fiscales dedicados al estudio de los factores de riesgo de los contenedores que llegan al Puerto de Santurzi.
Los agentes no inspeccionan la totalidad de los contenedores que entran a diario en los puertos porque se paralizaría la actividad comercial, si bien se hace un control selectivo de aquellos contenedores marcados como 'calientes'.
Las organizaciones criminales internacionales dedicadas al tráfico de drogas, en ocasiones, arriesgan la mercancía empleando este sistema, debido a la dificultad para conectarles con la mercancía intervenida en el caso de que sea aprehendida.