SAN SEBASTIÁN 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Museo San Telmo de San Sebastián acoge hasta el 2 de octubre la exposición 'Jorge Oteiza y Eduardo Chillida. Diálogo en los años 50 y 60'. Organizada por el museo donostiarra con la colaboración de la Fundación Bancaja, en cuya sede en Valencia se pudo visitar anteriormente, la muestra presenta por primera vez de forma conjunta la obra de estos dos grandes artistas vascos.
Esta exposición inédita, que cuenta con el consenso y la colaboración de las instituciones legatarias de ambos artistas, tanto la Fundación Museo Jorge Oteiza (Altzuza, Nafarroa) como Chillida Leku (Hernani, Gipuzkoa), se presenta al público casi veinte años después del fallecimiento de dos figuras clave en la escultura europea del siglo XX.
La muestra, comisariada por Javier González de Durana, ha sido presentada este viernes en San Sebastián en una rueda de prensa en la que han participado, entre otros, el consejero de Cultura y Política Lingüística y portavoz del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, y el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, entre otros.
La exposición suscita un diálogo entre sus esculturas, centrado en la producción realizada durante dos décadas -los años 50 y 60- en las que Oteiza y Chillida se conocieron, tuvieron relación de amistad y "cada uno contempló con atención e interés la obra del otro". El recorrido expositivo ofrece una conversación entre sus pensamientos estéticos y sus realizaciones escultóricas, "revelando en pie de igualdad las metáforas paradigmáticas de Oteiza y las metonimias sintagmáticas de Chillida", han señalado desde San Telmo.
La selección de obra se ha realizado desde una perspectiva cronológica, y se inicia en 1948 con sendos viajes -cuando Oteiza regresa a España después de su larga estancia en Latinoamérica y Chillida se marcha a París con la voluntad de convertirse en escultor-, y concluye en 1969 -con la culminación de la estatuaria del Santuario de Arantzazu por parte de Oteiza y la instalación de la primera gran obra pública de Chillida en Europa ante el edificio parisino de la UNESCO-.
Dentro de esta etapa se reconoce en unos primeros momentos una tendencia común a trabajar sobre la figura humana, pero "con diferentes acentos, uno primitivista-expresionista en Oteiza, y otro clasicista-arcaizante en Chillida, resultando en ambos casos que los rasgos antropomórficos quedan reducidos a leves evidencias, en una línea común a la de otros artistas del momento que desfiguraban la representación naturalista del cuerpo".
Sus fuertes y muy diferentes personalidades empezaron a manifestarse con lenguajes singulares a partir de los primeros años 50. Chillida miró a la tradición representada por Julio González, trabajando la forja de hierro para desplegar "un universo de imágenes de naturaleza surrealizante" a partir de materiales evocadores de utensilios agrícolas.
Oteiza, por su parte, indagó en las investigaciones de Henry Moore acerca del espacio, el hueco y la masa, "formalizando un poderoso y dramático repertorio de figuras en las que el vaciamiento expresivo, no el vacío inerte, iba ganando presencia", han señalado desde el museo.
La horquilla temporal de la exposición se inicia también cuando la importancia internacional de Jorge Oteiza y Eduardo Chillida se hizo patente, en los años 50, al ganar los mayores reconocimientos en certámenes del máximo prestigio en Europa y América.
Oteiza se hizo con el Diploma de Honor en la IX Trienal de Milán en 1951, mientras que Chillida lo logro en la siguiente convocatoria, la del año 1954. Poco después, en 1957, Oteiza fue merecedor del Premio al Mejor Escultor Internacional en la IV Bienal de So Paulo y al año siguiente, en 1958, Chillida alcanzó el Gran Premio de la Escultura en la XXIX Bienal de Venecia.
COLECCIONES
A las obras de la Fundación Museo Jorge Oteiza y Chillida Leku, se suman las procedentes de otras colecciones públicas y privadas como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Museo de Bellas Artes de Bilbao, Museo Guggenheim Bilbao, Museo Artium, Museo de Arte Contemporáneo del País Vasco, Colección Iberdrola, Fundación "la Caixa", Santuario de Arantzazu, Colección Kutxa, Colección de Arte Banco Sabadell, Colección Omega, Colección Telefónica, Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Córdoba, Colección Banco de España, Museo Universidad de Navarra, Fundación María José Jove, Fundación Santander, Colección Arango, Colección Daza Aristi, Abadía de Retuerta. Le Domaine, Fundación Azcona, Colecciones ICO, Galería Guillermo de Osma, Galería Michel Mejuto, y Galería Carreras&Múgica, entre otros.
Con motivo de la exposición en Valencia se editó un catálogo que, junto con la reproducción de las obras y diversa documentación gráfica inédita, incluye dos artículos de investigación del comisario. El primer artículo analiza la recepción crítica que la obra de ambos artistas tuvo en España durante aquellas décadas, examinando textos de Juan Antonio Gaya Nuño, Vicente Aguilera Cerní y Juan Daniel Fullaondo, entre otros.
El segundo texto analiza las obras de ambos escultores realizadas en Homenaje a Juan Sebastián Bach, único nombre en el que coincidieron de entre los muchos otros homenajes a distintas personalidades que dedicaron con sus esculturas.
Para su presentación en San Sebastián, el Museo San Telmo ha reeditado este catálogo, añadiendo las traducciones de los textos en euskera y francés, así como actualizando el listado de piezas presentes en la nueva sede.