VITORIA 23 Mar. (EUROPA PRESS) -
Ocho de cada diez alaveses mayores de 80 años prefiere seguir viviendo en su propia casa con el apoyo de la familia, en lugar de ser atendido en una residencia, según un informe realizado por la Diputación Foral de Álava.
El estudio, elaborado a partir de entrevistas a 405 personas de la zona rural alavesa, indica que la opción de permanecer en el propio hogar es la primera elección cuando se pregunta a los encuestados cómo y dónde les gustaría ser atendidos si en un futuro necesitan más cuidados.
Además, en su inmensa mayoría, los entrevistados piensan que la responsabilidad de sus cuidados recae en la familia. El 83% apunta como primera opción mantenerse en su propia casa con la
ayuda de sus familiares.
La segunda elección (67%) es seguir en su propio hogar con ayuda de terceras personas, no familiares. En tercer lugar por orden de preferencia (45%) se encuentra la opción de trasladarse a vivir a casa de un familiar.
Cuando se pregunta por cuáles serían las circunstancias en las que
decidirían ir a una residencia, casi la mitad de las personas encuestadas responde que en ninguna circunstancia, que el ir a una residencia sería el resultado de una sucesión de hechos por los que, a su pesar, se vieran obligados a acudir a un recurso de este tipo.
DIFICULTADES
Únicamente el 2% manifiesta que en el momento que no se
pudiera "valer por sí mismo" decidiría ir a una residencia. La mayoría de las personas de 80 años tienen algún problema de movilidad
(55%) y, de este colectivo, un tercio encuentra dificultades para moverse en el interior de su vivienda.
Los obstáculos son fundamentalmente los muebles altos, escaleras dentro de la vivienda, y puertas estrechas o habitaciones pequeñas. Las dificultades para salir de la vivienda al exterior son aún mayores y afectan al 45% de las personas con problemas de movilidad, debido a la existencia de escaleras en el portal y a la ausencia de ascensor.
Prácticamente seis de cada diez personas mayores de 80 años necesitan ayuda para realizar actividades de la vida diaria, ayuda que viene de la mano de sus hijos, yernos y nueras, o sus cónyuges o parejas.
La mayor parte de las personas mayores están satisfechas con la atención que reciben, pese a que casi dos de cada diez personas consideran que necesitan más ayuda. A la hora de señalar los apoyos que necesitarían, priorizan el Servicio de Ayuda a Domicilio, el acompañamiento por la noche y fines de semana o, por ejemplo, para
ir al médico, y la ayuda en las tareas del hogar o el aseo personal.
La diputada foral de Servicios Sociales, Marian Olabarrieta, considera que la principal lectura que se debe extraer de estos datos es que, para ofrecer una atención integral a las personas mayores, "la respuesta no puede proceder únicamente del ámbito familiar, sino que debe ser una responsabilidad compartida" con las instituciones públicas.