BILBAO 11 Ago. (EUROPA PRESS) -
El periodista hispano-ruso Pablo González ha denunciado que durante sus casi dos años y medio encarcelado en Polonia, después de que el gobierno polaco lo acusara de espiar para Moscú, fue "amenazado, presionado" e incluso le "sugirieron suicidarse". "La sesión con el psicólogo duró 15 minutos, de los cuales 13 fueron su monólogo. Me dijo que, si me pasaba algo, si me sentía mal, podía intentar suicidarme", ha declarado González a medios rusos.
Asimismo, ha indicado que incluso cuando se dio a conocer el intercambio de prisioneros entre Rusia y Occidente, los servicios especiales de Polonia seguían presionándole para que "admitiera su culpa".
Liberado el pasado 1 de agosto en el marco del histórico canje entre Rusia y Occidente, González fue detenido en febrero de 2022 en Polonia, cerca de la frontera con Ucrania, cuando cubría el conflicto ucraniano. El periodista recuerda que durante los primeros nueve meses de su detención estuvo privado de contacto con su familia y su defensa.
Las autoridades polacas prolongaron siete veces su prisión preventiva "sin concretar fecha de juicio, presentar pruebas, ni tampoco formalizar una acusación concreta", lamenta, para añadir que al final fue incluido en la lista del canje, ya que el proceso fue manejado desde Washington.
"En un momento dado, entran representantes de Rusia y piden a todos los extranjeros que salgan. Entonces entraron los militares. En ese momento quedó claro que no eran nuestros carceleros, sino nuestros defensores", relata.
Además, el periodista afirma que le acusaron de cooperar con la inteligencia rusa "pero no inmediatamente, sino al cabo de un tiempo", y critica que pudo reunirse con su abogado solo nueve meses después de haber sido detenido.
"Durante todo ese tiempo me amenazaron y me presionaron. Les preguntaba: '¿Qué he hecho? ¿De qué me acusan?', y me decían 'Tú sabes'. Cuando te presionan tanto, significa que no tienen pruebas", advierte.
González nació en Moscú y es nieto de un 'niño de la guerra', los menores que fueron enviados a la URSS para escapar de la Guerra Civil Española entre 1936 y 1939. Precisamente, su defensa alegó que la acusación solo se basa en su doble nacionalidad rusa y española.