El centro tecnológico ha analizado el impacto que producen los temporales en 13 playas vascas representativas de la geografía litoral
SAN SEBASTIÁN, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -
La playa seca y las barreras naturales y artificiales son clave para proteger la costa frente a los temporales y demuestran la importancia de contar con estaciones de monitorización para una gestión costera efectiva, según un estudio realizado por el centro tecnológico Azti.
Azti ha analizado el impacto que producen los temporales en 13 playas vascas representativas de la geografía litoral del norte del Estado. Los hallazgos, recientemente publicados en la revista 'Ocean and Coastal Management', subrayan la importancia de las características geomorfológicas, como la anchura y altura de la playa seca, definida como la zona de la playa por encima de la pleamar, y la altura de las barreras de defensa naturales (dunas) y artificiales (muros), para una gestión costera efectiva.
Las trece playas objeto del estudio fueron La Arena, Arrigunaga y Arriatera, en Bizkaia; y Saturraran, Ondarbeltz, Deba, Itzurun, Santiago, Gaztetape, Malkorbe, Zarautz, Antilla y Hondarribia, en Gipuzkoa.
Para llevar a cabo el estudio, Azti hizo uso de la red de videometría de la Costa Vasca, basada en la tecnología KOSTASystem la cual cubre un tramo costero de 150 kilómetros. Esta red permite la monitorización simultánea de los principales arenales del litoral vasco.
Estas herramientas son útiles para el análisis a largo plazo de la evolución morfológica de la playa, y para aplicaciones a corto plazo, incluyendo la densidad de ocupación, la detección y predicción de corrientes de retorno, y el seguimiento del impacto de los temporales, entre otros aspectos.
TRES CATEGORÍAS
Esta tecnología permitió al equipo de investigación de AZTI clasificar los arenales en tres categorías basadas en su respuesta a los temporales. En primer lugar, las playas dominadas por el impacto del oleaje en las barreras de defensa y la presencia de rebases.
Un ejemplo sería la playa de Zarautz, donde la altura de la playa es inferior a 3,5 metros y la anchura de arena seca no supera los 30 metros. Azti ha indicado que este tipo de arenales son los que presentan una mayor vulnerabilidad a los daños durante las tormentas.
De hecho, la playa de Zarautz se reconoce como uno de los puntos de mayor vulnerabilidad en la costa vasca. En conjunto con la ciudad de San Sebastián, representa el municipio costero vasco con el mayor número de reclamaciones de seguros por daños resultantes de tormentas.
En segundo lugar, las playas con impacto ocasional del oleaje en las barreras de defensa, ejemplificadas por La Arena. Con una altura de playa de 4 a 6,5 metros y una anchura de entre 40 a 75 metros, este tipo de arenales presentan una menor vulnerabilidad a los daños durante las tormentas al compararlos con el grupo anterior.
Por último, las playas sin impacto ocasional del oleaje en las barreras de defensa. Son menos propensas a daños, con una altura de playa de hasta 7,5 metros de alto y una amplia franja de arena mayor a los 50 metros, como Hondarribia o Arrigunaga.
"El resultado de nuestras investigaciones destaca que cuanto mayor es el ancho y la altura de la playa seca y la altura de la barrera de defensa, mayor es la protección natural contra tormentas", ha afirmado Aritz Abalia, experto en ingeniería costera y oceanografía operacional de AZTI.
Así, ha precisado que "esto recalca la importancia de estos parámetros en la evaluación del impacto potencial de las tormentas a escala regional y subraya la necesidad de mantener estos valores, limitando la erosión, para proteger las zonas costeras".
El equipo investigador ha enfatizado la importancia del mantenimiento continuo de las estaciones de videometría para recoger datos a largo plazo, lo que "es crucial para una gestión costera basada en evidencia científica". "Esta investigación es también un paso relevante hacia la mejora de la resiliencia de la costa vasca, sentando las bases para el desarrollo de un robusto sistema regional de alerta temprana", ha concluido el experto de Azti.
La red de videometría vasca ha sido financiada por la Diputación Foral de Bizkaia, Autoridad Portuaria de Bilbao, Ayuntamiento de Zarautz y la Diputación Foral de Gipuzkoa. Además, este estudio forma parte de una colaboración más amplia en el contexto del laboratorio transfronterizo de investigación aplicada Kostarisk, y ha recibido financiación europea a través de los proyectos Urban Klima 2030 y Regions4Climate.