Sara Buesa apuesta por impulsar "puentes para la convivencia" frente a "heridas sin sanar y vínculos rotos"

Homenaje anual a Fernando Buesa por el aniversario de su asesinato, junto con su escolta Jorge Díez, el 23 de febrero de 2000
Homenaje anual a Fernando Buesa por el aniversario de su asesinato, junto con su escolta Jorge Díez, el 23 de febrero de 2000 - IÑAKI BERASALUCE
Publicado: miércoles, 21 febrero 2024 20:20

El homenaje anual 'In Memoriam' por Fernando Buesa y Jorge Díez recuerda a las víctimas del 11-M, en el año que se cumplen 20 años del atentado

VITORIA, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -

Sara Buesa ha subrayado este miércoles, con motivo del 24 aniversario del asesinato por parte de ETA de su padre, el dirigente del PSE Fernando Buesa, que es necesario reflexionar sobre lo que se quiere "proyectar como legado cívico al futuro de la sociedad" y ha apostado por impulsar los "aprendizajes de vida inspiradores y puentes para la convivencia que permitan construir un sentido de comunidad", frente al "trauma, sufrimiento, heridas sin sanar y vínculos rotos". "Lo que hagamos y lo que no hagamos tendrá un impacto en la sociedad vasca futura y en las nuevas generaciones", ha señalado.

La hija de Fernando Buesa, asesinado junto a su escolta Jorge Díez el 23 de febrero de 2000, ha intervenido en el Palacio Europa de Vitoria-Gasteiz en el homenaje anual que la fundación en memoria del dirigente socialista, de la que es vicepresidenta, dedica al exdiputado general de Álava y exconsejero de Educación del Gobierno Vasco.

En el homenaje, que también ha contado con la participación de víctimas del 11-M, Sara Buesa ha recordado que el pasado mes de octubre, cuando el panteón de su padre sufrió un acto vandálico, esa imagen le llevó a recordar la del féretro cerrado en la capilla ardiente cuando le mataron. "La crueldad de aquella acción me conectó con la inhumanidad de los mensajes de odio y amenaza hacia su persona en las calles encarteladas", ha señalado.

Asimismo, ha explicado que "la ausencia de una condena unánime" le recordó algunas de las reacciones tras el asesinato como la manifestación de repulsa, "en la que una parte de la sociedad no estaba y quienes estuvieron no podían estar más divididos"; el "desgarrador comunicado de ETA que reivindicaba su asesinato, acusándole de ser un enemigo acérrimo, que sustentó toda su carrera en el odio y la opresión hacia Euskal Herria"; y "las justificaciones y los dolorosos silencios, que todavía persisten".

Tras reconocer que el "trauma" ha marcado su vida y el daño "nunca desaparecerá" porque "no es posible dejar de ser víctima", ha defendido que ha intentado "transformar su dolor en algo constructivo". "De mi experiencia de sufrimiento nace una profunda convicción de no desear ese mal a nadie, y una intención de desterrar la violencia y sembrar semillas de paz", ha añadido.

En este sentido, ha destacado su apuesta por "tejer vínculos y construir convivencia entre diferentes", un proceso en el que se siente "en permanente aprendizaje y evolución", ya que "no siempre es fácil" y ha subrayado que "quienes ejercieron la violencia tampoco pueden dejar de ser esas personas que amenazaron, secuestraron, torturaron y mataron".

"No pueden borrar lo que hicieron ni el dolor que provocaron. Convivirán con ello toda su vida. Pero, del mismo modo que las víctimas no somos sólo lo que nos pasó, tampoco las personas que cometieron crímenes son sólo eso que hicieron. Al igual que yo soy lo que hago con mi dolor, también ellos son lo que hagan con el daño que causaron", ha afirmado.

En este sentido, cree que "pueden escoger tratar en vano de eludir su responsabilidad, aferrarse a la épica de sus acciones, o hacer suyo el dolor que causaron". "Yo no quiero que mi sufrimiento sea un arma arrojadiza contra nadie. Anhelo que las personas que asesinaron a aita y Jorge conecten con mi dolor porque necesito reparación, y también para despertar algo en ellas. No van a encontrar odio y rencor en mi mirada. Yo busco encontrar empatía en la suya", ha indicado.

Por ello, cree que "no se trata de que se vean retratados como monstruos", sino de "darles un voto de confianza, de poner en valor que tienen capacidad para ser personas sensibles y compasivas" y "que pueden dejar atrás la lógica de la violencia en la que han estado atrapados, resurgir de las cenizas del sufrimiento más humanos y poner su experiencia al servicio de una convivencia sin violencia".

"Todas las personas tienen algo bueno en su interior, sólo es cuestión de dar espacio para que surja. Mi dolor es una mano tendida a la esperanza, la redención y la reconciliación", ha insistido.

Respecto a quienes "apoyaron y justificaron la violencia, o fueron condescendientes con la misma", cree que "una mayoría apuesta por un presente y un futuro distintos, en el que la agresión al diferente no tiene cabida", pero ha advertido de que "el oscuro pasado se mantiene encapsulado, congelado, como algo que quedó atrás, que no se quiere mirar ni revisar".

"Vandalizar la tumba de aita fue inhumano y cruel, pero la crueldad máxima fue haberlo asesinado hace 24 años. Todavía no queda claro en este país si matar es cometer un crimen o defender una idea. O si depende del contexto, del fin, o de quienes sean los que mueran", ha lamentado.

"ESTÁ MAL, ESTUVO MAL"

Al respecto, ha insistido en que "matar, secuestrar, torturar, amenazar y extorsionar, está mal, estuvo mal y no debió haber sucedido nunca" y que "todas las personas que fueron víctimas de esas acciones merecen reconocimiento y reparación".

"La convivencia durante décadas con la violencia impregnó y contaminó la atmósfera de nuestra sociedad, condicionando nuestra visión del mundo, nuestras actitudes, nuestra forma de expresarnos y relacionarnos", ha destacado, antes de afirmar que "el dolor es nuestra herencia colectiva" y "obviarlo no es una opción".

Sara Buesa ha advertido de que "lo que hagamos y lo que no hagamos tendrá un impacto en la sociedad vasca futura y en las siguientes generaciones" y ha preguntado "¿qué se quiere proyectar como legado cívico al futuro de la sociedad?". "¿Trauma, sufrimiento, heridas sin sanar y vínculos rotos o aprendizajes de vida inspiradores y puentes para la convivencia que nos permitan construir un sentido de comunidad?", ha cuestionado.

20 ANIVERSARIO DEL 11-M

En el acto ha participado Juan Benito y Ana Hidalgo, familiares de Rodolfo Benito Samaniego, asesinado el 11 de marzo de 2004 en Madrid. Sara Buesa ha recordado que este año se cumplen 20 años de los atentados del 11-M y a todas las personas que fueron víctimas en ellos.

Además, ha explicado que la Fundación Rodolfo Benito Samaniego es "una Fundación hermana en este camino de mantener viva la memoria y cultivar valores de paz".

Finalmente, ha defendido que cada ciudadano, "a nivel personal, puede transformar su herencia de dolor y oscuridad en luz". "Juntas como comunidad tenemos la capacidad de forjar nuestro legado de vida para el futuro", ha concluido.

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