Rechaza "hacer borrón y cuenta nueva" y pide "un futuro asentado en la verdad" que "deslegitime" la injusticia "ética y política" de ETA ERMUA (BIZKAIA), 10 Jul. (ERUOPA PRESS) - El Lehendakari, Iñigo Urkullu, ha exigido en Ermua "una reflexión valiente y una autocrítica sincera a quienes ejercieron y ampararon el terrorismo". Además, ha rechazado "hacer borrón y cuenta nueva" y ha pedido "un futuro asentado en la verdad" que "deslegitime" la injusticia "ética y política" de la violencia de ETA. Durante el homenaje a las víctimas del terrorismo con motivo del XXV aniversario del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, presidido por Felipe VI, con la asistencia, también, del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aludido al "momento grabado con firmeza en el corazón y en la memoria" que supuso el secuestro y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco. "Hoy, por un lado, miramos al pasado, al sufrimiento padecido; y también al futuro, con esperanza (..) El secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco nos conmocionó, nos golpeó, nos interpeló. Miramos al pasado para condenar todos y cada uno de los asesinatos, secuestros, persecuciones o amenazas", ha enumerado. El presidente del Gobierno Vasco ha insistido en mirar al pasado para "repetir una idea". "ETA no fue la consecuencia inevitable de un conflicto político. Por el contrario, ETA fue una decisión voluntaria y consciente para imponer sus tesis a través de la violencia", ha dicho. También ha apelado a "la verdad construida sobre la memoria de todos, sobre todo de las víctimas, de todas las víctimas". "Su mirada, su experiencia, su testimonio es el objeto de nuestras prioridades. Debemos a las víctimas el compromiso de nuestra sociedad... Nos debemos a las nuevas generaciones. El futuro con memoria, con memoria para la convivencia, con esperanza", ha añadido. Iñigo Urkullu ha reiterado la necesidad de "mirar al pasado para reiterar, cuantas veces sean necesario, que la violencia de ETA fue injusta". "Una injusticia ética, política y democrática. Miramos al pasado para exigir una reflexión valiente y una autocrítica sincera a quienes ejercieron y ampararon la violencia terrorista", ha añadido. Según ha recordado, el fin de ETA en 2011 y su disolución en 2018 "abrió una nueva etapa". "Nos sentimos libres", ha precisado, si bien ha afirmado que el vasco es "un pueblo golpeado, con heridas que tardarán en cicatrizar". "Pero un pueblo que tiene derecho a construir su presente y su futuro, libre de la violencia y el terrorismo. Miramos al pasado y miramos al futuro", ha dicho. Iñigo Urkullu ha destacado la necesidad de "un futuro con esperanza,un futuro con memoria". "No debemos, ni queremos, hacer borrón y cuenta nueva, como si nada hubiera ocurrido. Debemos construir un futuro asentado en la verdad. Una verdad clarificadora, sanadora, transformadora y reconciliadora", ha advertido. El Lehendakari se ha mostrado convencido de que "compartimos un futuro con memoria, una memoria para la convivencia" y queda pendiente "una convivencia a cimentar sobre la no repetición: nunca más". A su juicio, la convivencia debe conllevar una "deslegitimación radical de toda expresión de violencia" y construirse "sobre el respeto, el diálogo y el pluralismo político". "Sobre la defensa y ejercicio efectivo de los derechos humanos. Una Euskadi en paz, una Euskadi construida sobre principios y valores éticos y democráticos...Una Euskadi que construye la convivencia con memoria", ha citado. Para Urkullu, este legado "es el mejor homenaje" que se puede tributar este domingo a Miguel Ángel Blanco. "Memoria para el bien común de la convivencia", ha concluido.