MÉRIDA/MADRID 26 Ene. (EUROPA PRESS) -
La tasa de abandono escolar temprano en Extremadura se ha situado en el 20,4 por ciento al término de 2016, frente a una media del 19 por ciento a nivel nacional, según ha informado el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
La tasa de abandono escolar en Extremadura se ha reducido más de cuatro puntos en el último año, tras pasar del 24,5 por ciento al 20,4 por ciento actual. Si se compara con el 2007, año en el que se situó en el 34,4 por ciento, el descenso ha sido de 14 puntos.
Los datos, que se extraen de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada este jueves 26 de enero, reflejan a nivel nacional un descenso de 12,7 puntos desde 2008, cuando la tasa de abandono alcanzó el 31,7%. Con respecto al año 2011 (26,3%), la bajada es de 7,3 puntos y en el último año es de algo más de un punto.
El abandono escolar temprano en las mujeres es del 15,1% y en los hombres es del 22,7% (7,7 puntos de diferencia). La mejora del abandono escolar temprano en el año 2016 en los hombres es de 1,3 puntos, cifra superior a la de las mujeres (0,7 puntos). Si se considera la evolución desde 2008, la disminución del abandono de los hombres es mayor (15,3 puntos) que la de las mujeres (10 puntos).
En lo que se refiere a comunidades autónomas, País Vasco (7,9%), Cantabria (8,6%) y Navarra (13,4%) son las que tienen una menor tasa de abandono escolar temprano en 2016. Les sigue la Comunidad de Madrid (14,6%), Galicia (15,2), Asturias (16,6%), Castilla y León (17,3%), La Rioja (17,8%), Cataluña (18%) y Canarias (18,9%).
Por debajo de la media nacional, se sitúa Aragón (19,1%), La comunidad Valenciana (20,2%), Extremadura (20,4%), la ciudad autónoma de Ceuta (21,5%), Castilla La Mancha (23,2%), Melilla (24,4%), Murcia (26,4%) y Baleares (26,8%).
Esta tasa es el porcentaje de la población de entre 18 y 24 años que carece de los títulos de Bachillerato o Formación Profesional de Grado Medio y que, además, no ha realizado cursos de formación durante las últimas cuatro semanas. Se trata de los niveles educativos mínimos que la UE y la OCDE consideran necesarios para afrontar con garantías la inserción en el mercado laboral.