BADAJOZ, 27 Mar. (EUROPA PRESS) -
El arzobispo de Mérida-Badajoz, José Rodríguez Carballo, ha bendecido la restauración de la capilla de San Juan de Ribera, en la Catedral de Badajoz, a la que han asistido miembros del Cabildo Metropolitano y el delegado episcopal para el Patrimonio, Agustín Velázquez.
Dicha capilla, de mediados del siglo XVIII, es el lugar donde se reviste el arzobispo antes de las celebraciones litúrgicas y presentaba un "deficiente" estado de conservación, debido especialmente a las humedades y al paso del tiempo.
Durante ocho meses, Opificio De Restauro, bajo la dirección del restaurador Ricardo Pereira Kantowitz, se ha encargado de "devolver" la luz de esta capilla, que recupera su "esplendor" y su riqueza arquitectónica, pictórica y escultórica, según indica el Arzobispado en nota de prensa.
La pieza central de la capilla es un pequeño retablo de la segunda mitad del siglo XVIII, tallado en madera de castaño y dorado al agua, y que ha sido objeto de una restauración estructural y estética. La consolidación del soporte leñoso, la reintegración de zonas erosionadas y la recuperación del oro fino han permitido restablecer esta obra, que actúa como eje visual y devocional de la capilla. A este proceso se ha sumado la restauración de toda la imaginería a la que se le ha devuelto la presencia original.
El retablo está rematado con una puerta que corona todo el conjunto, funcionando como un cierre visual y devocional que enmarcaba la figura de San Juan de Ribera. El óleo sobre tabla muestra al santo con su atuendo episcopal y un gesto de bendición del que fuera obispo de Badajoz entre 1562 y1568, patriarca de Antioquía, arzobispo de Valencia, teólogo, canonista y virrey de Valencia.
Mientras, la inscripción en la parte inferior, refiriéndose aún a él como 'Beato', sugiere que fue realizada en el contexto de su beatificación en 1796. La restauración de esta pieza ha permitido recuperar la riqueza de su cromatismo, estabilizar su estructura y devolverle su esplendor original. Dentro de la hornacina se han encontrado varias reliquias.
Uno de los ejes principales de la intervención ha sido la bóveda de cañón, cuya estructura y revestimientos habían sufrido alteraciones significativas. La restauración ha devuelto la estabilidad al conjunto, respetando sus materiales originales y garantizando su conservación a largo plazo.
Del mismo modo, se han intervenido las pinturas murales, cuya policromía y trazados decorativos han sido reintegrados "con el máximo rigor técnico, preservando su autenticidad y profundidad iconográfica".
Para el Arzobispado, "especial atención" ha requerido la recuperación de las pinturas sobre lienzo del cabecero, donde se encuentra a María Magdalena y la Virgen con el Niño en sus brazos y, como obra central, una versión de María con su prima santa Isabel viendo jugar al Niño Jesús y San Juanito, bajo la tierna mirada de Dios Padre. Estas obras presentaban daños por humedad y oxidación de barnices.
Además, la capilla se ha enriquecido con la recuperación de un cuadro de cristales y de un cuadro de la Inmaculada, ha concluido, junto con que esta restauración ha sido posible gracias a la aportación económica de un mecenas.