MÉRIDA, 28 May. (EUROPA PRESS) -
El sindicato CSIF ha anunciado que no descarta la convocatoria de una huelga en Correos en Extremadura si no se rectifica el "recorte" de un tercio de la financiación pública prevista para este servicio en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), lo cual estima que afectaría al 20 por ciento de los 1.500 empleados que tiene la empresa pública en la comunidad, y que entre el 30 y el 40 por ciento de la población se quede sin servicio o sufriría una debilitación del mismo.
Así, desde CSIF se ha trasladado a los grupos políticos iniciativas para rescatar la financiación recortada y aprobar un Plan de Prestación del Servicio Postal Universal, con el fin de que el Correo siga llegando a todos los núcleos de población de los 364 municipios de Extremadura.
Al tratarse de una "actividad deficitaria en una gran parte" del territorio extremeño, pero "socialmente necesaria", dada la ruralización de la comunidad, sólo es atendida por Correos y no por las empresas privadas.
En este sentido, el sindicato subraya que el Estado "tiene la obligación de financiar, a través de los Presupuestos Generales del Estado, un servicio público que, de otra forma, se vería abocado a la desaparición con un evidente y grave perjuicio para los ciudadanos" de la comunidad, indica en una nota de prensa.
Este "tijeretazo", añade CSIF, "no sólo va a lastrar la cuenta de resultados de Correos sino que va precarizar el empleo, recortar la plantilla y sus derechos". La plantilla con la que cuenta la empresa estatal en Extremadura asciende a 1.500 trabajadores, tras haberse reducido un 20 por ciento en los últimos años.
Además, el sindicato estima que se reducirá otro 20 por ciento con los nuevos Presupuestos, siendo las zonas rurales las "más perjudicadas", de aprobarse este recorte presupuestario.
CSIF ha calculado que en Extremadura este ajuste afectará a "más de 300 carteros suprimibles" y ocasionará que un "alto porcentaje" de pequeñas localidades de ambas provincias se queden sin reparto regular, con un 30-40 por ciento estimado de ciudadanos afectados por la pérdida o debilitamiento del servicio postal, así como cientos de kilómetros de reparto recortado.
En definitiva, además de "empeorar" el servicio público prestado en regularidad y en extensión, se corre el riesgo de "dejar de recibir el correo cinco días a la semana, y será el propio ciudadano el que tenga que desplazarse para ir a recoger su correspondencia-paquete, porque el cartero ya no llegará a su domicilio además de tener que recorrer varios kilómetros hasta su oficina más cercana al producirse el cierre de muchas de ellas".