PONTEVEDRA, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
El acusado del doble crimen de Arbo (Pontevedra) ha reconocido este lunes en el inicio del juicio en la Audiencia Provincial que vigilaba a su expareja, pero ha negado haberla matado.
En la primera sesión del juicio por el doble crimen de Arbo, el acusado, Arturo D.S., ha reconocido que vigilaba a su exnovia, Beatriz Rodríguez Mariño, pero ha negado haber sido él quien disparó con una escopeta a bocajarro a las cabezas de su mujer y a su nueva pareja Sergio Rodríguez Fernández, en la madrugada del 3 de julio del 2015 cuando estos se encontraban dentro del coche en una zona boscosa y apartada.
Este lunes el jurado popular pudo escuchar el como el acusado rechazaba haber matado a la pareja. "Llevo 27 meses en prisión y no sé por qué", ha dicho. En su comparecencia ante la Sala, el procesado relató que aquella noche acudió en compañía de un amigo al bar en el que trabajaba Beatriz. "Yo estaba en Portugal y después me fui a casa", ha manifestado sobre la hora que los mataron.
Sin embargo, según la Fiscalía, una antena de telefonía sitúa juntos al teléfono del acusado y al de su exnovia, primero en el lugar del crimen y después en la casa del acusado. El procesado ha garantizado que no perdió de vista su terminal en todo momento y que nunca tuvo el teléfono de Beatriz desde que se separaron.
Para resolver esta cuestión, el fiscal Juan Sagredo ha solicitado al acusado que permita acceder a los datos de su teléfono pero éste, al igual que durante la fase de instrucción, se ha negado a facilitar el código de desbloqueo. "No me acuerdo de los números", ha sostenido. Este numero clave del terminal no se puede conseguir por vía judicial.
INCIDENTES
El acusado sí reconoció que durante su etapa como compañero sentimental de la víctima, con quien tuvo una relación de nueve años y una hija, había protagonizado algunos incidentes con dos supuestos pretendientes de Beatriz, a uno de los cuales llegó a agredir.
También se habían producido episodios "desagradables" dentro del domicilio que ambos compartían, aunque se explicó: "No soy un persona celosa ni agresiva", ha dicho, solo que no le gustaba que su novia trabajara como camarera.
La relación entre ambos se rompió seis meses antes del crimen. Entonces el acusado empezó a vigilar a Beatriz "para saber si me estaba engañando" y llegó a grabarla en vídeo. Además, aseguró estar convencido de que ella le "seguía dando esperanzas" de que iban "a volver", por lo que ha afirmado que "tenía que luchar para estar con ella".
En uno de esos seguimientos llegó a ver juntos a la pareja. "Vi que se estaban besando", ha declarado y, según ha señalado, a partir de ahí la dio por perdida.
FISCALÍA
Por el contrario, la Fiscalía tiene claro que, "como buen cazador", el procesado "hizo un seguimiento de su presa, les siguió, sabía a dónde iban, esperó el momento y les mató". En el registro de su vivienda la Guardia Civil encontró en casa del imputado cinco escopetas, dos rifles y una carabina.
El fiscal considera que el acusado es culpable de dos delitos de asesinato y pide una condena de 46 años de prisión; pena que la acusación particular, que representa a las familias de las dos víctimas, eleva a 50 años, 25 por cada una de las muertes.
La defensa de Arturo Domínguez solicita la libre absolución de su cliente, al entender que "no hay pruebas" de que haya cometido el crimen. El juicio se retomará el martes.