Su presidente explica que supondría restricciones en el uso del agua, aunque confía en que no se llegue a esa situación
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 26 Ago. (EUROPA PRESS) -
Ríos como el Miño y el Sil con bajo caudales de agua, embalses a un 58% de su capacidad, casi 9 puntos por debajo de la media de la última década, un promedio de lluvias en Galicia un 40% menor de lo habitual y municipios de Ourense y Pontevedra recurriendo a camiones cisterna para abastecerse ante la carencia de agua. Es el panorama, todavía de prealerta, que se dibuja casi al término del mes de agosto y que podría derivar en la declaración del estado de alerta por sequía a partir de septiembre.
Así lo ha expuesto la Confederación Hidrográfica Miño-Sil (CHMS), que fija la decisión en la reunión que mantendrá la oficina técnica el 1 de septiembre para evaluar si es necesario pasar a un estado de alerta que, entre otras cuestiones, podría traducirse en restricciones del uso del agua para usos que no fueran prioritarios.
Francisco Marín, presidente de la CHMS, en declaraciones a Europa Press ha matizado, eso sí, que confía en que finalmente no se establezca una situación de alerta por sequía, ya que a pesar de las carencias que están sufriendo algunos municipios, los niveles aún se mantienen "aceptables" debido, sobre todo, a las altísimas precipitaciones que se registraron en 2016.
En caso de que se decretase la situación de alerta por sequía, sostiene que no tendría que suponer excesivos inconvenientes, más allá de los que ya se han comenzado a registrar en algunos municipios, con cortes puntuales o un mayor control del agua en la limpieza de vías o en el riego. "En septiembre los cultivos han completado ciclo y ya casi no precisan agua, por lo que la situación en cuanto a esto no sería muy significativa, y en cuanto al abastecimiento, está asegurado, aunque puede haber problemas en algunos ayuntamientos que tendrán que recurrir a camiones cisterna".
CAMBIO DE CAPTACIÓN DE AGUA
De hecho, el trasiego de camiones cisterna con agua ya se ha comenzado a ver esta semana en algunos municipios de la provincia de Ourense y de Pontevedra, como Petín, Xinzo de Limia, Os Blancos, Vilardevós o Barro. Una situación que no solo se deriva de la escasez de lluvias. Francisco Marín alude a otras causas complementarias, como el incremento de población en verano y el abastecimiento que numerosos municipios tienen centralizado en pequeños acuíferos, más sensibles a la falta de lluvias.
En caso de que se agrave la situación, existen distintas alternativas, entre las que destaca el establecimiento de nuevas captaciones. Precisamente, la CHMS hace referencia a los Ayuntamientos de A Rúa y Petín que ya han solicitado cambiar sus puntos de captación debido al agotamiento de sus recursos actuales. Además, Ribadavia ha demandado una nueva captación y Vilamartín de Valdeorras ha adelantado que pedirá una autorización temporal para abastecer las localidades de Arcos y Valdegodos.
Los puntos más críticos se registran, según apunta Francisco Marín, en zonas de A Limia y Ourense oriental, en donde hay "ayuntamientos que no tienen ríos regulados con embalse aguas arriba, como sucede con Ribadavia, en la cabecera del río Maquiáns". "Al llover cada vez menos puede empezar a tener problemas de abastecimiento aquellos que se abastecen de acuíferos, ahí si no llueve no hay reservas", añade Marín. "Ourense tiene muchos acuíferos, pero pequeños, que no almacenan gran cantidad de agua, son muy sensibles a la falta de agua y también al incremento de la demanda".
"Cada ayuntamiento sabe su situación, estamos en una zona en la que han aumentado la población estacional, aunque algunos ya están tomando medidas para que no se riegue, porque el recurso en estos núcleos que se abastecen de manantiales es más escaso", resalta.
Aunque algunos municipios ya están gestionando el cambio de captación, admite que resulta un proceso complejo y, en algunos casos, costoso. "Nosotros arbitramos para reforzar la unidad que tramita las concesiones para que se agilice la tramitación si algún ayuntamiento quiere un cambio de abastecimiento puntual, aunque cuando tienes una infraestructura ya creada de abastecimiento a distintos núcleos de un ayuntamiento, para crear otra hace falta proyectos, cesión de terrenos, etcétera". Concluye así que "es muy difícil para el ayuntamiento buscar alternativas que no sean las más rápidas, que es llenar con camiones cisterna".
AÑO CON UN 40% MENOS DE LLUVIAS
En el presente año hidrológico, que arranca en octubre de 2016, la precipitación acumulada media en la parte gallega de la Demarcación Miño-Sil a día 20 de agosto de 2017 se situaba en 680,8 litros por metro cuadrado, un 38% por debajo de la media histórica, que entre 1980 y 2012 fue de 1.095,6 litros por metro cuadrado. En el año hidrológico anterior, a esta altura del año, la precipitación registrada era de 1.346,9 litros por metro cuadrado, un 23% por encima de la media histórica y en torno al doble que la actual.
En la última semana se han registrado 0,2 litros por metro cuadrado. El grueso de las precipitaciones del presente año hidrológico se han producido principalmente en cuatro periodos: del 11 al 23 de octubre (47,3 l/m2), del 1 al 28 de noviembre (123,1 l/m2), del 24 de enero al 19 de febrero (198 l/m2) y del 8 al 14 de mayo (64 l/m2). En estos periodos se recogieron 432,4 de los 680,8 litros por metro cuadrado (64%) que registra actualmente el presente año hidrológico. Mensualmente pueden destacarse los meses de febrero y mayo como húmedos, y los meses de octubre, diciembre, enero, julio y, especialmente, abril, como secos.
BAJOS CAUDALES EN LOS RÍOS
En lo relativo a los caudales circulantes la situación es similar a la de las semanas anteriores, con caudales bajos para esta época del año, especialmente en los ríos Avia, Tea, Louro, Arenteiro en Carballiño, Ladra en Ínsua, Narla en Gondai, Umia en Ponteareas y Arnoia. Los ríos Sil y Miño también presentan caudales bajos para esta época del año, si bien se ven afectados por los numerosos elementos de regulación presentes en su cauce.
En Galicia-Costa destaca la situación de embalses como el Barrié de la Maza, dependiente del río Tambre, en un 34% de su capacidad, o el de Vilagarcía, vinculado al río Con y que se sitúa al 20%.
EMBALSES AL 58%, NUEVE PUNTOS MENOS QUE LA MEDIA
De hecho, la reserva hidráulica ha descendido a 38 hectómetros cúbicos en los embalses de Galicia en la última semana, de forma que las cuencas de Miño-Sil y Galicia-Costa están, respectivamente, al 58,25% y 61% de su capacidad, según datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.
La reserva de la cuenca Miño-Sil contiene 1.765 hectómetros cúbicos, frente a los 1.788 de la semana pasada, lo que supone una disminución de 23 hectómetros cúbicos. Hace un año, la reserva se situaba en 2.221, en el 73,49%.
En cuanto a la cuenca de Galicia-Costa, tiene 417 hectómetros cúbicos, de modo que, frente a los 432 de la semana anterior, la reducción es de 15 hectómetros cúbicos, en el 60,9 por ciento. Hace un año la reserva estaba en 498 hectómetros cúbicos, el 72,81%.